El papa Francisco tomó la decisión de reformar las finanzas del Vaticano al crear un nuevo departamento con poderes más amplios que supervisará todos sus asuntos económicos y administrativos. Este departamento será dirigido por el cardenal australiano George Pell, actualmente arzobispo de Sidney.
Otro departamento económico existente conocido como Administración del Patrimonio de la Santa Sede (APSA) y que maneja los activos financieros e inmobiliarios, asumirá formalmente el rol del banco central del Vaticano.
La función y estructura del banco del Vaticano, conocido formalmente como Instituto para las Obras de Religión (IOR), no sufrirá cambios por el momento.
La Autoridad de Información Financiera del Vaticano (AIF), que se ha establecido en 2011 para monitorizar la adhesión de la Santa Sede a los estándares bancarios internacionales, mantendrá su función actual.