Los Museos Capitolinos de Roma presentaron hoy una exposición en la que se recoge una importante sinopsis de la vida y obra del renacentista italiano Miguel Ángel y su huella, presente incluso en la sede de esta muestra, la plaza romana del Campidoglio, diseñada por él mismo.
Escultura, pintura, arquitectura y poesía están presentes en esta exposición compuesta por 156 obras, entre las que más de 70 son del propio Miguel Ángel, con las que se sintetiza el genio de un artista y la evolución humana de un hombre que marcó el devenir de la historia del arte, 450 años después de su muerte. «Esta exposición es un camino biográfico pero sobre todo interior, espiritual, de Miguel Ángel, constituye todo un arco de su larga vida que duró hasta los 89 años», dijo a Cristina Acidini, curadora de la muestra.
Una réplica de una de sus obras más emblemáticas, el David, preside majestuosa la entrada a este recorrido que cuenta con otros originales de «el Divino» nunca antes vistos juntos como el Cristo de la Minerva, el Bruto, la Virgen de la Escalera o el Crucifijo Gallino. La exposición está dividida en nueve secciones y se expande a lo largo de tres pisos del Museo, si bien su comisaria la dividiría en dos secciones.
«Por un lado tenemos sus inicios en Florencia, una etapa marcadamente neoplatónica, y por otra su llegada a Roma, en la que tanto su vida como su obra adquieren una nueva dimensión», afirmó Acidini. «Realmente es muy difícil hablar de Miguel Ángel en pocas palabras, pero sí se puede ver cómo durante su etapa de años jóvenes su principal motivación era la belleza humana, el cuerpo, y conforme madura entran otros asuntos como la figura de Cristo o la salvación del alma», argumentó.