Aquí te mostramos cinco playas de el país mundialista, donde los deportistas y los turistas podrán disfrutar de la capital mundial del trópico.
Ipanema, Río de Janeiro
Río de Janeiro, con sus playas de arena blanca, mar azul y las montañas cubiertas de verde, sigue siendo la postal más conocida de Brasil. Los aficionados que viajen allí para el Mundial de fútbol no podrán asistir a su carnaval y quizá no tengan tiempo de hacer turismo de favelas, pero desde luego no podrán evitar pasar una mañana en Ipanema, una de las playas más conocidas de la ciudad. A pesar de su fama, Río también es una ciudad atractiva durante el día. Encontramos una especie de obsesión por la salud y la buena apariencia, que lleva a muchos cariocas a hacer todo lo necesario para mantener el bronceado y la buena forma física.
Puerto de Galinhas, Penrambuco
Al sur de Recife, en el estado de Pernambuco, la vida es playa. Brasil, un continente con muchas caras, vive aquí con los pies mojados en el agua. Al sur de Recife, en el estado de Pernambuco, la vida es playa. Brasil, un continente con muchas caras, vive aquí con los pies mojados en el agua. Esta es una de las playas más peculiares del país. A las nueve, después del desayuno, en Puerto de Galinhas se acumulan los curiosos. El sol lame la piel e ilumina una costa trufada de arrecifes que la marea baja aún deja a la vista. A eso de las diez subirá el agua, y el espectáculo no regresará hasta el día siguiente. A decenas de metros de la costa, las rocas forman unas piscinas naturales en las que zambullirse rodeados de peces de colores que siempre se quedan en estas cavidades cuando el mar se retira
Praia do Sancho, Fernando de Noronha
Fernando de Noronha -una isla bien protegida que emerge a 360 kilómetros del estado de Pernambuco- es un paraíso de la naturaleza, la biodiversidad, los arenales vírgenes. Aquí están, sin duda, algunas de las mejores playas del país. Bahia do Sancho es la mejor playa de Brasil y una de las mejores del mundo. Se accede bajando unos 40 metros por unas escaleras marineras habilitadas en la roca. No hay restaurantes y suele haber pocos visitantes, entre otras cosas porque está lejos (hay vuelos regulares desde Natal y desde Recife todos los días), es cara (sobre todo para el turista europeo) y está muy protegida, lo que implica pagar las tasas correspondientes.
Porto da Barra, Salvador de Bahía
La playa de Porto da Barra nos lleva a la mágica ciudad de Salvador de Bahía, la primera capital del país y una de las ciudades con mayor riqueza histórica. En su tradicional Bahía de Todos los Santos encontramos la playa de Porto da Barra, presente en esta lista por su situación (es una de las pocas en todo el país donde podrás disfrutar el atardecer, debido a que está orientada en dirección hacia el oeste) y por la ciudad. La playa es pequeña, por lo que suele estar llena de gente. Alquilan sombrillas, sillas y mesas a venden de todo, desde cerveza y caipiriña a queso asado, acarajés y camarones. El agua y la arena son como deben ser en Brasil, aunque esta zona de baño es más popular por ser la playa de Bahía que por su amplitud y calidad.
Taipus de Fora
Otra joya brasileña, al sur de Bahía (unos 400 kilómetros de Salvador). Puede formar parte de un apasionante viaje en coche desde Salvador de Bahía al sur, con tantas paradas como sueñe. Dicen que Taipus es uno de los secretos mejor guardados del país (llegar aquí no es fácil y menos desde Europa). Muchos de sus fans practican el esnórquel, aunque la playa es perfecta para pasear kilómetros y kilómetros sobre una arena suave y dorada. En toda la costa funcionas las famosas pousadas brasileñas.