La agencia cultural de Naciones Unidas proclamó esta semana Patrimonio Mundial una red de cuevas artificiales de más de 20 siglos de antigüedad en las afueras de Jerusalén. Las cuevas de Beit Guvrin-Maresha —conocidas como la «ciudad debajo de una ciudad»— a la prestigiosa lista de sitios que son Patrimonio Mundial durante su reunión anual en Catar el domingo.
El anuncio del Comité de Patrimonio Mundial se produjo solo dos días después que la Unesco declara el pueblo palestino de Battir como sitio de Patrimonio Mundial en peligro, suscitando esperanzas entre sus residentes de que esto proteja su comunidad, pese a una barrera de separación erigida por Israel en Cisjordania.
Las intrincadas cuevas de Beit Guvrin-Maresha han sido utilizadas durante miles de años como canteras, cementerios, depósitos, refugios y palomares. Se componen de cámaras para distintas funciones y están situadas debajo de los antiguos pueblos vecinos de Maresha y Beit Guvrin.