La Iglesia anglicana dio luz verde ayer a la ordenación de obispas, por primera vez en su historia, tras años de intensos debates internos y amagos fallidos para que la mujer acceda al episcopado. Tras una reunión previa de cinco horas celebrada en York, en el norte de Inglaterra, el Sínodo General obtuvo el respaldo de las tres cámaras que conforman el órgano ejecutivo de la Iglesia anglicana: obispos, clérigos y laicos.
De ellas, entre los obispos se obtuvieron 37 votos a favor de la propuesta, frente a 2 en contra y 1 abstención; entre los clérigos, los sufragios favorables fueron 162 frente a 25 en contra y 4 abstenciones, mientras que el voto de los laicos, considerado crucial, falló con 152 papeletas favorables, 45 en contra y 5 abstenciones.
El histórico desenlace da la vuelta a siglos de tradición en el seno de una Iglesia que ha sufrido profundas divisiones a consecuencia de un asunto considerado controvertido. El viceprimer ministro británico y líder del Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg, expresó su satisfacción ante el resultado mediante un mensaje en la red social Twitter.
“Bien hecho a Justin Welby por su liderazgo a la hora de asegurar el voto del ‘sí’ para las mujeres obispas”, señaló el número dos del gobierno de David Cameron –partidario también de la ordenación de obispas–, y que consideró, además, que se trata de “un gran momento” para la Iglesia de Inglaterra.