Paola Longoria no pierde el hábito de ganar. Con una buena carga de tensión, la raquetbolista mexicana consiguió este domingo su victoria 145 de manera consecutiva y el título 36. A pesar de la repetida secuencia de triunfos, la de anoche en la cancha de cristal en Huixquilucan, tuvo momentos de alto voltaje.
La argentina María José Vargas le peleó cada pelota y aun cuando se quejó de una lesión en el último set, regresó para intentar acortar la distancia en el marcador. Pero Paola cerró de manera contundente para ganar el partido por 11-8, 2-11,11-3 y 11-7.
Desde antes del partido, la argentina, número 3 del mundo, había dejado clara su ambición de alcanzar a la número uno en el ranking. No le intimidaba jugar en casa de la mexicana ni que los números que acumula en cada competencia parecen inalcanzables.
Era necesario ganar este partido porque era en mi casa y casi nunca juego en México”, dijo Paola al finalizar el partido. “La rival fue muy aguerrida y me complicó el segundo set, pero esos quince minutos que pidió en el último set fueron para romper mi ritmo”, agregó. Paola dijo que antes de salir de la pecera, María José le reclamó el raquetazo –que se veía en el antebrazo de la argentina- pero le respondió que había sido un accidente porque se le había metido a la línea de tiro. “Cuando perdí el segundo set me puse nerviosa, no me podía concentrar, pero tuve que hacerme a la idea de que si lo perdía no me quitaba el partido. Si hubiera perdido dos, entonces sí me habría preocupado”.