La Selección Indígena de México, formada por niños de la comunidad Triqui de Oaxaca, sorprendió, emocionó y arrasó en el IV Festival Mundial de Mini-Baloncesto que se realizó en Córdoba, Argentina. Eso fue muestra de su sed de triunfar, de perseverar, de ganar, de su disciplina.
«Nos han sorprendido con el trabajo de su director técnico, Sergio Zúñiga», afirmó Horacio Muratore, presidente de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) Américas. El funcionario recordó que él conoció a este equipo, cuyos integrantes juegan descalzos, en el Premundial de Xalapa.
«Me emocionaron, fue fantástico. Todo el estadio los ovacionó», explicó, y reconoció especialmente el desempeño de su entrenador por la oportunidad que ofrece a los chicos.
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La Selección Indígena de México, formada por 25 niños, dominó el Festival realizado del 11 al 14 de octubre y en el que participaron ocho mil menores procedentes de ocho países.
El equipo triqui ganó los seis partidos que disputó, todos ellos ante rivales argentinos, pero fue tal la emoción que generaron que terminaron siempre ovacionados.
Su entrenador Sergio Zúñiga se confesó orgulloso por la participación del equipo. Además, Zúñiga dice que el éxito de la Academia de Baloncesto Indígena de México ha llevado a que otros estados de México busquen compartir el modelo de la comunidad triqui oaxaqueña, e incluso otros países como Perú, Bolivia y Estados Unidos en las regiones hispanas han mostrado interés por saber cómo funciona.