La edición 34 de la FILO fue inaugurada con una reflexión por parte de Guillermo Quijas-Corzo, director de la feria, sobre los tiempos difíciles por los que atraviesa el país, “por lo que es difícil hablar de fiesta y alegría cuando otros caminan en la desesperanza”. Sin embargo, resaltó los vasos comunicantes literarios y culturales entre Colombia y México, por lo que dijo que la feria es un espacio de reflexión y celebración de la vida de amigos, “los que estamos, los que faltan y los que vendrán”.
Apuntó a los libros como las llamas que mantienen firmes las esperanzas del hombre, frente a las circunstancias de violencia que se viven en la actualidad en el país, y comentó que Colombia entiende esta situación, por también haber padecido casos de muertes y violencia.
Después del acto inaugural Santiago Mutis, hijo del poeta fallecido en septiembre de 2013, Piedad Bonett, José Luis Díaz Granados y Conrado Zuloaga hablaron de la amistad entre Gabriel García Márquez y Álvaro Mutis.
La escritora Piedad Bonett dijo que la mayor lección de estos amigos es el respeto por las diferencias ideológicas y literarias, “mientras que Mutis era un hombre de espíritu aristocrático y un intenso lector y arbitrario en sus gustos que se reflejaban en su poesía; García Márquez se nutría más de sus propias experiencias, pues tenía más anécdotas e historias por contar”.
Mutis hijo comentó que uno de los vasos comunicantes entre las obras de la pareja de amigos era la manera de medir la experiencia humana, una constante en la obra de ambos.
Diferenció que mientras García Márquez tenía una devoción y lealtad por la realidad con la que jugaba para redactar parte de las obras que lo dieron a conocer, su padre era un lector aferrado a autores como Balzac, que se encerraba para leer y que eran base de sus obras.
Sin embargo, Bonett dijo que ambos fueron intelectuales y pensadores de su propio oficio; uno escribía poesía tal cual y el otro tenía en sus escritos también la virtud de la metáfora.