El actor español Antonio Banderas, quien recibirá próximamente un premio Goya a su trayectoria, se prepara para encarnar en el cine al pintor Pablo Picasso de la mano de Carlos Saura: “Tengo los ojos puestos en la figura de Picasso y en un proyecto que me ofreció Carlos Saura hace ya tres años y que esperamos poner en pie Dios mediante”, explicó Banderas.
“Será con la dirección de Carlos Saura, la fotografía de Vittorio Storaro y la participación de Gwyneth Paltrow interpretando el personaje Dora Maar y yo a don Pablo, que además es paisano”, agregó. Un viejo sueño que se malogró por un problema de derechos y que, según Banderas, podrá llevarse a la práctica en breve y que gira alrededor de la pintura del Guernica y de la guerra civil española.
Banderas, que se encuentra en Buenos Aires para promocionar su marca de perfumes, acaba de terminar una película en España, Altamira, sobre el descubrimiento de las Cuevas de Altamira, las órdenes de Hugh Hudson, y se prepara para viajar a Los Ángeles para promocionar Bob Esponja.
Tras la promoción, hará de nuevo las maletas para regresar a España a doblar Autómata, que se estrenará el próximo enero.
En febrero, recogerá el Goya que le ha otorgado la Academia española de Cine y después “trataré de parar un rato y de hacer terapia de sofá y ver cómo trabajan otros”, bromea en la entrevista.
De momento, y aunque no deja de admitir que resulta agotador, se plantea continuar con un pie en Estados Unidos y otro en España.
“Los actores tenemos que tener los radares abiertos y las posibilidades abiertas. ¿Por qué voy a cerrar una puerta que me costó mucho trabajo abrir en su momento?”, se pregunta.
“Es cierto que me apetece mucho producir y eso lo quiero hacer desde España. Me apetece dirigir y probablemente lo haga también desde España. Mantendré un puente de trabajo abierto y estaré entre ambos países”, continúa.
Aunque no tiene planes a corto plazo en Latinoamérica, está a punto de estrenar Los 33, una producción norteamericana sobre la odisea de los mineros que quedaron atrapados en Chile, tras un rodaje “muy difícil desde el punto de vista físico” que le ha permitido “entender realmente el gran sacrificio que representa ser minero”.