Leonora Carrington pocas veces salía de su casa ubicada en la colonia Roma, era vegetariana, odiaba las corridas de toros y disfrutaba el té negro y la mermelada de naranja que la escritora Chloe Aridjis le enviaba de Inglaterra, pero sobre todo, le apasionaba la lectura, faceta poco conocida de la artista surrealista que se mostrará en la exposiciónen la Tate Liverpool, la cual se inaugurará el próximo 6 de marzo.
La exposición mostrará correspondencia inédita e ilustrada que sostuvo en la década de los 70 con la feminista Gloria Ferman Orenstein, las máscaras que hizo de Calibán y Próspero, personajes de “La Tempestad” de Shakespeare, así como la escenografía producida en 1962 para la obra “Penélope” a cargo de Alejandro Jodorowsky.
“Lo que le encantaba era leer novelas de detectives, o las obras en inglés de Carl Jung y sobre la cábala de Gershom Scholem, le gustaba mucho el tema del misticismo judío. Leía todo el tiempo. Su inspiración literaria es muy importante, es algo que a veces no se menciona tanto”, señala a Crónica Chloe Aridjis, curadora de la muestra.
La también escritora que actualmente radica en Londres conoció a sus 20 años de edad a Leonora Carrington. Acompañaba a sus padres, casi todos los domingos, a tomar el té de las cinco de la tarde a casa de Carrington y de Emerico Chiki Weisz (esposo de la artista). Ahí platicaban de política mexicana y de cómo era la moderna Inglaterra, hasta que la artista interrumpía la conversación, pues eran temas que le causaban nostalgia o la irritaban.
“Hacía todo por proteger su mundo fantástico, ese universo que estaba en su casa. De vez en cuando salía a caminar o al supermercado. Era muy autosuficiente a diferencia de muchos artistas que se la pasan promoviéndose, ella era lo opuesto, no le interesaba ser diplomática ni ir a eventos, protegía su espacio físico y mental, sus recuerdos. Por eso su mundo imaginario es tan rico, era guardiana de su propio mundo”, precisa Chloe Aridjis.