La compra del archivo, que contiene varios manuscritos, unas dos mil cartas, 40 álbumes de fotos e innumerables notas y apuntes, además de otros objetos, fue anunciada a finales de noviembre de 2014
La Universidad de Texas (UT) en Austin (EU) pagó 2.2 millones de dólares a la familia de Gabriel García Márquez por la adquisición del archivo personal del fallecido nobel de Literatura, según reveló hoy esta institución educativa.
La compra del archivo, que contiene varios manuscritos, unas dos mil cartas, 40 álbumes de fotos e innumerables notas y apuntes, además de otros objetos, fue anunciada a finales de noviembre de 2014, aunque entonces no se hizo público el coste.
La transacción se realizó meses antes a través de Glenn Horowitz, un intermediario con oficina en Nueva York.
Entre los objetos más valiosos del archivo están el documento definitivo de «Cien años de soledad», que el nobel entregó a la imprenta en 1967, y uno de los pocos manuscritos que existen de «En agosto nos vemos», su novela inédita.
La Universidad de Texas se negó, en un principio, a hacer público el contrato de la compra y solicitó a las autoridades texanas un permiso especial para mantenerlo en secreto, contrariamente a lo que exige la ley estatal, pero la petición fue rechazada hace unos días.
Por eso, la institución reveló hoy el montante de la operación, según confirmó a Efe Jen Tisdale, una portavoz de la UT.
El Centro Harry Ransom, la institución de la UT que posee el archivo, tiene una de las colecciones literarias más importantes del país, con objetos de James Joyce, Ernest Hemingway, Jorge Luis Borges o William Faulkner entre muchos otros.
Su director, Steve Enniss, explicó a Efe en noviembre pasado que la decisión de que fuese el Centro Harry Ransom el que acogiera el legado del nobel colombiano fue tomada en exclusiva por su viuda, Mercedes Barcha, y sus hijos, Rodrigo y Gonzalo García.
De hecho, Rodrigo García Barcha dijo entonces que «la intención de la familia siempre fue encontrar el mejor lugar para el archivo, independientemente de dónde fuese».
«Nosotros queríamos que estuviera bien acompañado», añadió García Barcha, al argumentar que en la UT hay «colecciones similares».
La noticia despertó cierto recelo en Colombia, el país natal de García Márquez, más cuando el hijo de García Márquez afirmó que «el Gobierno colombiano nunca se hizo presente ni hizo ninguna oferta».