William Shakespeare ya es neoyorquino y está más vivo que nunca gracias a «The Sonnet Project», una iniciativa virtual en forma de aplicación móvil en la que actores recitan sus 154 sonetos en los lugares más emblemáticos de Nueva York para ofrecer una versión más contemporánea de su poesía.
La iniciativa corre a cargo de la compañía teatral New York Shakespeare Exchange, que nació hace seis años con el objetivo de transmitir la vigencia de los valores y de la sensibilidad del genial escritor inglés en las vidas de los neoyorquinos, cuando el año que viene se cumplirán 400 años de su muerte, el 23 de abril de 1616.
«Hay muchas cosas que pasan en el lenguaje de Shakespeare que todavía suceden. Siento que nos conecta con el pasado, y cuando lo recordamos mediante la tecnología móvil, también conectamos con el futuro», dijo a Efe el director artístico de «The Sonnet Project», Ross Williams.
Williams asegura que los sentimientos que trasladan los 154 sonetos de Shakespeare, publicados por primera vez en 1609, siguen siendo muy actuales porque hablan de «experiencias universales» como el amor, los celos o la traición.
«Shakespeare forma parte de mi mundo, de tu mundo y del mundo de cada una de las personas», insiste el director artístico. «Si podemos hacer que este lenguaje sea relevante y contemporáneo todo el mundo puede tener el tipo de experiencia que yo he tenido y que tantos otros han tenido durante diversas generaciones».
Después de ver que las obras de teatro tradicionales no llegaban a tantos como desearían, la compañía decidió apostar por este proyecto, una aplicación gratuita para iPhone y para iPad en la que cada semana lanzan un corto hecho por un director de cine sobre un soneto de Shakespeare recitado ante lugares como el puente de Brooklyn, el Central Park o la Biblioteca Pública de Nueva York.
«Cuando en sesiones dulces y calladas hago comparecer los recuerdos, suspiro por lo mucho que he deseado y lloro el bello tiempo que he perdido», arranca un actor que recita el trigésimo soneto frente a la esfera, situada ahora en el Battery Park, que antes estaba a los pies de las Torres Gemelas.
«Los sonetos son tan cortos que se pueden convertir en mordiscos, en pequeños placeres, que se pueden ver de vez en cuando en tu móvil en lugar de tener que acabar una obra teatral online entera», remarcó Williams.
Así, y en poco más de dos minutos, la representación, en este caso, del británico Alan Cox compara la tristeza del poema con el recuerdo por las cerca de 3.000 personas fallecidas en los atentados del 11 de Septiembre de 2001, y dirige la mirada hacia llamada «Torre de la Libertad», construida en la «zona cero».