Estudió en CasaAzul y en la AMDA en Nueva York , y volvió a México con todas las ganas y pasión para emprender nuevos proyectos, como lo hace ahora en “El eco de Antígona”, un reto en su carrera y una puerta para repuntar su carrera como actriz. Conoce aquí un poco más de Haydée
¿Qué es lo que más te llena del teatro?
Es la magia. El sentir otras cosas. El convertirte en alguien más. Y no me llena tanto el resultado sino el proceso creativo. Y sobre todo, ver la reacción de la gente y la adrenalina que siento en el escenario me activa. Cuando veo al público me prendo más y se genera más magia.
En tu experiencia, ¿cómo es la respuesta del público hacia el teatro mexicano?
Hay mucho público para el teatro. Cada tipo de teatro tiene el suyo, eso sí. Los que prefieren el teatro comercial y los que no. Pero en México sí se consume teatro. Siempre se espera que la gente vaya dispuesta a experimentar en el teatro, aunque nunca haya ido antes.
Tú que estudiaste en Nueva York, ¿hay diferencias en el ambiente teatral entre México y NY?
Sobre todo en cómo enseñan a actuar. Allá es más técnico y completo. Aquí somos más apasionados. Allá hay competencia de altura, aquí las cosas son más personales. Allá sí se compite como trabajo, como cualquier otra empresa. También allá hay mal teatro y mala planeación, hay de todo en todos lados.
¿Qué le dirías a las nuevas generaciones de actores?
Tienes que aprender otras cosas dentro del mismo teatro. Quizá a asistir, a maquillar, escenografía… no a la primera vas siempre a actuar. Lo que puedo decirles es que no deben cerrarse a nada. Crear sus propias cosas. Videos, monólogos, no sé…que siempre estén creando y ponerlo a disposición de todos. Seguro hay alguna oportunidad para ellos. Siempre hagas un buen trabajo conseguirás otro buen trabajo.
¿Has hecho cine o TV?
Sí, con Argos trabajé para la serie de Bárbara Mori y hace como diez años grabé una novela. Acabo de filmar un corto que se llama “Hulkita” que está en posproducción y en espera de enviarse a festivales, así voy a entrar al cine. Es un corto loco, atrevido, pero divertido. Me emociona mucho el futuro de este corto.
¿Y es diferente el trabajo en cine, teatro y tele?
Sí, y todo radica en la relajación y en la concentración. En unos hay cortes, en otros, no. Hay que sostener emociones a diferentes tiempos. En el teatro, el actor lleva el peso de la emoción. El cine es un trabajo más en equipo.
Cuéntanos de “El eco de Antígona”, tu nuevo proyecto…
Es una adaptación de Armando Reyes Arratia, contada de otro modo. Mucho más ligero, aunque sin perder la esencia de la tragedia griega. Existe el papel de una narradora que recrea los hechos y es a la vez una especie de testigo de lo que sucede con Antígona. Los actores, a lo largo de la temporada, representaremos a los seis personajes de la tragedia.
¿Qué representa para ti este proyecto?
Es un reto que me tocaba hacer. Desde que llegué de Nueva York solo he hecho personajes muy pequeños y ahora ya puedo soltar todo lo que he aprendido. Tengo un director muy bueno que lo hace muy bien y nos da la libertad de crear a los personajes. Este proyecto significa una puerta para que la gente conozca lo que hago.
¿Tu personaje favorito de la obra es…?
Antígona, pero como lo tengo más resuelto, a la que tengo más en la mente es la narradora que de un modo u otro lleva la batuta de la escena. La belleza de la narradora está en la contención, en la apariencia, es una nube que va entre la gente hipnotizándolos.
Cómo te definirías…
Como una “guerrera de luz sonriente”.