Cristina Fernández de Kirchner instó este martes a los 40 millones de argentinos a garantizar el respeto de los derechos humanos, de la memoria, la verdad y la justicia, “ que no pueden quedar en manos de un presidente ni de un Parlamento ni de un Poder Judicial porque es patrimonio de todos”.
En una emotiva ceremonia, la presidenta Cristina Fernández de Kichner encabezó la inauguración del Sitio de Memoria en lo que fue el casino de oficiales que funcionó como el lugar de detención, tortura y desaparición de unas cinco mil personas en la ex Escuela de Mecánica de la Armada, durante la dictadura militar (1976-1983).
Evidentemente conmovida la mandataria sostuvo que el pueblo se tiene que empoderar de su propia historia. “Hoy aquí hay una victoria de la vida sobre la muerte, de la memoria sobre el olvido, de la Patria sobre la antipatria. Hoy, aquí, ellos (los desaparecidos) están inmortalizados, más vivos y presentes que nunca en todos ustedes y en la historia”, dijo.
Recordó que el 24 de marzo de 2004 el entonces presidente Néstor Kirchner (fallecido en 2010) encabezó el acto de recuperación de la Esma y pidió perdón en nombre del Estado “por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades”.
Dijo que ese 24 marzo Kirchner “vino a recuperar no sólo un edificio, no sólo un ex centro clandestino de detención sino que vino a recuperar la memoria y la historia de todos los argentinos”.
Añadió que “él venía como presidente de los argentinos pero fundamentalmente como miembro de una generación diezmada”, y aclaró además que “la ex Esma es sitio de memoria y no un museo” porque “en el museo se guardan las piezas del pasado, en los Sitios de Memoria se guarda la memoria, la justicia y la verdad”.
También recordó que este país es un ejemplo en el mundo y llamó a los argentinos a defender “ese papel, ese rol, que es patrimonio todos y no de un gobierno… ya no se necesita ni un presidente ni una presidenta para eso”.
Estaba rodeada de dirigentes de organismos de organismos de derechos humanos como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, de hijos de desaparecidos y ex sobrevivientes de la Esma. También estaba su hijo Máximo y su esposa Rocío García, con el pequeño Néstor Iván en brazos, el primer nieto de la mandataria.
Relató además que había recorrido la Esma junto a su esposo cuando era senadora, pero confesó que no había adquirido una verdadera dimensión del significado de este lugar, que aún vacío, parecía estar lleno de las voces dolidas y de los silencios de las víctimas que pasaron por allí.
”En ese silencio, en esa soledad infinita sentí como que algo pasaba dentro de uno y que había una energía y una fuerza impresionante y que esta historia no podía ser una historia ocultada ni sólo un edificio sino que teníamos que hacer un lugar poniéndonos todos de acuerdo”.
También estaban en el lugar hijos de desaparecidos, nacidos en ese centro clandestino y arrancados a sus madres, como Juan Cabandié, que habló ese 24 de marzo y contó su historia y ahora es diputado del Frente para la Victoria, y Jorge Castro Rubel, el último nieto recuperado que había estado antes en la Esma sin saber que había nacido en ese lugar del horror.