Un equipo internacional de científicos ha desarrollado una herramienta que estima en pocos minutos cuándo y dónde va a tener lugar la erupción del magma de un volcán.
El sistema combina los datos de las estaciones de GPS con un modelo matemático, lo que permite obtener información sobre la actividad del volcán en apenas 15 minutos.
Los resultados del trabajo, que ha sido dirigido por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han sido publicados en la revista Scientific Reports.
Los investigadores probaron la eficacia de esta herramienta con datos de la erupción del volcán Etna (Italia) en 2008.
«Aplicamos la información recogida antes de la erupción y vimos que nuestros resultados eran consistentes con los datos reales posteriores a la erupción», explica el investigador del CSIC José Fernández, del Instituto de Geociencias.
Este sistema presenta dos novedades respecto a los que se aplican actualmente en los observatorios vulcanológicos.
En primer lugar, ofrece en tiempo real -con apenas 15 minutos de retraso- la variación de las coordenadas de las estaciones de medición que anuncian movimientos en la corteza terrestre, lo que permite anticipar más o menos cuándo va a haber una erupción.
«Otras técnicas aportan este tipo de información, pero necesitan varias horas, en ocasiones días, para calcular la variación de coordenadas, mientras que este modelo lo hace en cuestión de minutos», añade Antonio G. Camacho, del mismo instituto.
La rapidez del procesado de información está relacionada con la segunda novedad que aporta este trabajo.
La metodología tradicional de cálculo de volcanes incluye hipótesis sobre la forma que toma la acumulación de magma en su ascenso pero el nuevo método prescinde de ellas y agiliza el cálculo.
«La erupción de un volcán es una situación de crisis en la que una toma rápida de decisiones puede influir en la seguridad de la población. Este nuevo método puede aportar importante información que ayude a los responsables de la vigilancia y la protección civil en ese trance», concluye Fernández.
En este estudio, realizado en el marco de un proyecto de la Unión Europea, también han participado investigadores del Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia (Italia) y el Institute of Geophysics and Tectonics de la Universidad de Leeds (Reino Unido).