La excanciller mexicana Patricia Espinosa, ahora al frente del órgano de la ONU encargado de implementar los compromisos internacionales sobre cambio climático, afirmó hoy que el Acuerdo de París podría entrar en vigor este mismo año.
El Acuerdo de París sobre Cambio Climático, firmado en diciembre pasado a fin de comprometer a la comunidad internacional a que la temperatura global no aumente más de dos grados centígrados durante este siglo, podría ser así uno de los pactos mundiales de más rápida entrada en vigor en la historia.
Firmado por 180 países, y ratificado hasta el momento por 23, el Acuerdo entrará en vigor 30 días después de que sea ratificado por 55 gobiernos, lo que equivale 55 por ciento de las emisiones contaminantes en el mundo.
Espinosa, quien desde mayo pasado preside la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (UNFCCC), afirmó que el número necesario de ratificaciones podría ser alcanzado en la próxima Cumbre sobre el tema (COP), programada para principios de noviembre en Marruecos.
“Este acuerdo podría ser uno de los que entre en vigor más rápidamente porque tenemos señales de que varias ratificaciones podrían ocurrir antes o durante la COP. Muchos países ya han indicado su intención de depositar sus instrumentos de ratificación este año”, precisó.
Espinosa sostuvo que el hecho de que el Acuerdo haya logrado ser ratificado por tan alto número de países en un tiempo relativamente corto revela la importancia que la comunidad internacional ofrece a un tema vital para la humanidad.
“A diferencia del escenario que enfrentamos en la COP de Cancún (organizada en 2010), ahora hay una gran consciencia sobre la necesidad de actuar contra el cambio climático porque este fenómeno tiene costos enormes no sólo en la infraestructura sino en vidas humanas”, consideró.
Una de las señales de esa nueva visión es el hecho de que la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) ha invitado a Espinosa a discutir la manera en que estas naciones, productores de uno de los mayores contaminantes atmosféricos, pueden actuar contra el cambio climático.
Espinosa precisó que pese a la consciencia global sobre el tema, y al momento histórico representado por el Acuerdo de París, los compromisos presentados hasta ahora por la comunidad internacional respecto a la reducción de contaminantes no son suficientes para alcanzar las metas pactadas.
Expertos calculan que los compromisos ofrecidos aumentarán la temperatura casi hasta los tres grados centígrados hacia finales de este siglo. En ese sentido, Espinosa precisó que el Acuerdo contiene mecanismos para revaluar tales compromisos y fortalecerlos.
“El acuerdo de París prevé un marco para incrementar los niveles de ambición y los compromisos de parte de un país, así como la forma en que la comunidad internacional puede involucrarse. Por eso se hará en 2018 una evaluación de la manera en que hemos avanzado”, resaltó.
A los compromisos renovados de los países serán sumados los esfuerzos de parte de gobiernos de ciudades, de regiones asociadas para combatir el tema y de las iniciativas del sector privado y la sociedad civil, todos los cuales forman también parte del Acuerdo de París.
En ese sentido, el papel de quien fuera canciller mexicana de 2006 a 2012 es lograr ratificaciones, impulsar mayores compromisos de parte de los actores involucrados y revisar la manera en que se implementan estos planes.
“Podríamos alcanzar para la segunda mitad de este siglo la neutralidad climática, que significa tener un nivel de emisiones que nuestro entorno natural pudiera absorber de manera espontánea”, proyectó.
Sobre los recursos necesarios para ayudar a los países menos desarrollados a implementar sus propios planes de reducción de emisiones y de resiliencia, Espinosa puntualizó que la meta de alcanzar un fondo de 100 mil millones de dólares al año para 2020 reporta progresos.
La excanciller aseveró que en ese vínculo, entre los intereses de los países desarrollados y las necesidades de las naciones menos avanzadas, la experiencia de México y la suya propia como canciller de un país de ingreso medio, es relevante.
Un país como México, aseguró, “constituye un puente entre la realidad de los países desarrollados y la de los menos avanzados, pues demostramos que se pueden diseñar programas sustentables y que las metas no están fuera de las posibilidades de las naciones en desarrollo”.