Se sabe que beber cantidades moderadas de alcohol produce efectos beneficiosos en el riesgo de desarrollar una serie de enfermedades del corazón; sin embargo, su papel en la insuficiencia cardiaca ha sido poco analizado. Ahora, un gran estudio realizado sobre casi 15.000 personas muestra que tomar siete bebidas a la semana en la mediana edad media parece estar asociado con una reducción de insuficiencia cardiaca de un 20% en los varones cuando se comparaba con los que no beben nada y de un 16% en las mujeres.
La insuficiencia cardíaca se produce porque el corazón es incapaz bombear la suficiente sangre; la causa más habitual es que el músculo del corazón se ha dañado, por ejemplo, por un ataque al corazón. Pero hay otras razones: hipertensión arterial, enfermedad del músculo cardíaco o miocardiopatía, problemas en las válvulas del corazón, arritmias o latido cardíaco irregular, infecciones virales, consumo excesivo de alcohol o de drogas recreativas y efectos secundarios de la radioterapia para el cáncer. De hecho se calcula que afecta a más de 23 millones de personas en todo el mundo, lo que la convierte en un grave problema de salud.
El estudio que ahora presentan Scott Solomon, de la Escuela de Medicina de Harvard, y Alexandra Gonçalves, del Hospital de Mujeres Brigham de Boston se basa en el análisis de los datos de 14.629 personas de entre 45 a 64 años que participaban en el Estudio Atherosclerosis Risk in Communities. Los investigadores siguieron a los participantes de 24 a 25 años, hasta finales de 2011, y se les preguntó acerca de su consumo de alcohol en diferentes momentos: en el comienzo del estudio y en cada una de las tres visitas posteriores realizadas a intervalos de tres años.