«Los caprichos de Goya», exposición conformada por 80 grabados del artista español, se presenta desde ayer en el Palacio de la Escuela de Medicina. “Estas obras representan la crítica y sátira de Francisco de Goya (1746-1828) a la estructura sociopolítica, al clero y a la nobleza del siglo XVIII, sus métodos opresivos contra la sociedad y la mala educación que impartía, dice la curadora del Museo del Prado, Pilar Sedano.
La muestra, que se presentará hasta el 15 de mayo con entrada gratuita, exhibe por primera vez la colección de Los Caprichos de la Fundación DMG en México, con la cual busca contribuir a la consolidación de los Retos del Milenio, auspiciados por la UNESCO, y entre los cuales está una mejor educación y el desarrollo sustentable.
La exposición, explica Pilar Sedano, se divide en tres núcleos: el primero es la critica más suave e irónica que hace el artista de la vida cotidiana con sus escenas como los matrimonios arreglados y la Celestina, entre otros; el segundo, es un sátira más despiadada que se refleja en los personajes de las bestias, que representan al clero, gobierno y nobleza, donde el artista ataca severamente lo que es la avaricia, la lujuria, además de la mala educación, donde el profesor y el educando son mostrados como burros.
En este punto, Pilar Senado explica que Goya estaba contra los abusos de poder, las desigualdades y la ignorancia de su tiempo, males que hoy vivimos y por eso su obra sigue vigente. “El artista además quería que las personas dejaran de creer en supersticiones, pero a la iglesia y gobernantes de su tiempo no querían que esto sucediera, querían tener una sociedad inculta, como también pasa hoy”.
Respecto al tercer núcleo, Pilar Sedano dice que está enmarcado en su etapa final de vida. “Es conocida como los delirios y los sueños y es el tiempo en que Goya se queda sordo, se vuelve un ser más introspectivo, pero que no deja la crítica y la sátira contra lo que no le gustaba mediante la representación de brujas y duendes”.
Lo que nos deja Francisco de Goya es la transformación de la sociedad de su tiempo, algo que hoy podemos extrapolar a nuestra sociedad y “vemos que necesita una serie de cambios, uno de los principales sería apostar por una mejor educación”.
La muestra que desde ayer se exhibe en el Palacio de la Escuela de Medicina es la tercera sede que recibe la exposición en México. Antes, estuvo en el Museo Barroco de Puebla y luego en el Museo de Arte de Sonora de Hermosillo.