Una nueva esperanza en el campo de lucha contra el cáncer llega de la mano de los científicos dirigidos por Claudio Bordignon, de Milán. Esta nueva terapia se llama “células madre T de memoria” (TSCM); el nombre TSCM proviene de “stem cell memory” o células madre de memoria; la T, representa a los linfocitos “T” que son las defensas del organismo.
Cuando empezó este estudio, hace 12 años, no se conocía la existencia de las células TSCM. En un principio se buscaba comprobar la seguridad de la terapia contra el tipo de inmunodeficiencia hereditaria (SCID o “niños burbuja”), cuando se hicieron descubrimientos reveladores.
En este estudio, Bordignon descubrió que las células T de los pacientes fueron extraídas para corregir su deficiencia en el laboratorio. Posteriormente, se les inyectó un gen correcto dentro del ADN del virus que era capaz de integrarse en el genoma de las células humanas.
Este proceso dio como resultado un glóbulo blanco que se encuentra en el sistema inmune y reúne dos propiedades ideales: por un lado se trata de células madre (tienen capacidad para auto-renovarse de manera indefinida) y por otro lado, tienen memoria inmunológica (conservan la capacidad para actuar contra un agente infeccioso concreto o un tumor específico).
Los científicos han demostrado en 14 pacientes que estas células pueden sobrevivir hasta 12 años en el cuerpo.
Luca Biasco, el primer autor del trabajo explica: “Las terapias basadas en células T representan una de las estrategias terapéuticas más avanzadas y prometedoras para el tratamiento del cáncer; esta tecnología está basada en la modificación genética de las células T para redirigir su actividad contra las células tumorales; un tipo de célula T como las TSCM, que son capaces de mantener su capacidad de auto-renovación y de diferenciación por muchos años, pueden aportar una reserva de células T capaz de “patrullar” por el sistema inmune y activarse eficazmente en caso de aparición de tumor, para mantener una respuesta inmune secundaria eficiente”.