Durante muchos años, miles de médicos y científicos alrededor de todo el mundo han estado luchando sin descanso contra esta enfermedad. Los cinco próximos años serán cruciales para evitar un rebrote de la epidemia del SIDA a la luz de las nuevas infecciones y del rápido crecimiento de la población mundial, advirtieron expertos.
«Los cinco próximos años ofrecen una oportunidad frágil para acelerar la respuesta a la epidemia del sida y poner fin a la misma para 2030», según Michel Sidibé, director general de ONUSIDA. «Si no lo hacemos, las consecuencias humanas y financieras serán catastróficas», subraya.
Un informe realizado por ONUSIDA y la revista médica Lancet, con el apoyo de grandes figuras de la batalla de 34 años contra el sida, instan a que los objetivos del desarrollo de la ONU después de 2015 den a la enfermedad una alta prioridad.
La existencia de medicamentos antirretrovirales que, sin curar la enfermedad, han salvado vidas, permitiendo controlar la infección es una de las buenas noticias en esta lucha contra la pandemia. «De 2001 a 2013, la incidencia anual de infecciones por el VIH ha disminuido un 38%, pasando de 3,4 millones en 2001 a 2,1 millones en 2013″ y entre los niños, de 2002 a 2013, ha disminuido un 58%, con 240.000 nuevas infecciones en 2013, contra las 580.000 de 2002», señala el informe.
En Sudáfrica, uno de los países más afectados, la esperanza de vida aumentó en 2005 por primera vez desde 1997.
Pero persiste la preocupación. En 2013, 1,5 millones de personas murieron por causas relacionadas con el sida, más de 10 millones no habían empezado el tratamiento con antirretrovirales y de los 35 millones de personas infectadas con el VIH, 19 millones lo ignoraban.
Con el crecimiento de la población mundial, el número de jóvenes sexualmente activos aumenta y pone en peligro el objetivo de eliminar el sida en tanto que amenaza pública para la salud para 2030.
«Ampliar el acceso continuado al tratamiento es esencial», según Peter Piot, director de la London School of Hygiene and Tropical Medicine y predecesor de Sidibé al frente de ONUSIDA.
«También tenemos que relanzar los esfuerzos de prevención, en particular, entre las poblaciones de mayor riesgo, al tiempo que se elimina la discriminación jurídica y social», agrega.
Durante muchos años, miles de médicos y científicos alrededor de todo el mundo han estado luchando sin descanso contra esta enfermedad, convirtiéndolo sin duda en el mayor desafío de sus vidas. Sin embargo, finalmente, es probable que esta lucha haya llegado a su fin.
Estamos hablando del virus de la inmunodeficiencia humana, comúnmente conocido como VIH, precursor viral del SIDA, un virus evasivo que tiende a mutar constantemente y por esa razón, se convierte rápidamente en inmune a los medicamentos. Un grupo de científicos investigadores de la Universidad Drexel, en Filadelfia (EEUU), han descubierto una forma de evitar la propagación del virus y al mismo tiempo llevarlo a la autodestrucción.
Esto consiste en la aplicación de una molécula conocida como “doble acción Inhibidora Virolítica (DAVEI, por sus siglas en la lengua inglesa)”, la cual, es capaz de destruir todas las células infectadas con VIH sin dañar a las que están saludables.
El informe insiste también en la financiación.
«Se necesitarán 36.000 millones de dólares anuales para lograr el objetivo de Naciones Unidas para 2030», según el informe, muy superior a los 19 mil millones de dólares (17.000 millones de euros) que se dedican actualmente por año.
En los países africanos pobres, muy afectados, la lucha contra el SIDA exigirá hasta el 2,1% del Producto Interno Bruto (PIB) por año y al menos un tercio de los gastos de salud de los gobiernos y se necesitará durante «muchos años» un «apoyo internacional».