El Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) anunció que efectúo colisiones de iones de plomo a una energía récord con el objetivo de avanzar en el estudio de cuál era el estado de la materia justo después del Big Bang, momento considerado de la formación del universo.
La energía registrada ayer fue casi dos veces mayor a la de cualquier otro experimento anterior, alcanzando una temperatura de billones de grados (cientos de miles de veces la del interior del Sol), a una semana de haber empezado las primeras colisiones.
Este hecho marca el inicio de un mes de colisiones de iones de plomo cargados (átomos de plomo sin electrones).
La colisión de iones es una tradición que el CERN cumple un mes al año, pero esta vez “será especial, porque alcanzamos una nueva energía y exploraremos la materia en un periodo aún más temprano del Universo”, declaró en un comunicado el director general de la organización, Rolf Heuer.
En los primeros instantes del Universo, durante unas pocas millonésimas de segundo, la materia fue un medio muy caliente y denso, una especie de “sopa primordial”, compuesta por partículas elementales, conocidas como quarks y gluones.
Estos últimos mantienen a los quarks unidos dentro de los protones y neutrones que forman la materia.
Durante el primer periodo de funcionamiento del Gran Acelerador de Hadrones (LHC), entre 2010 y 2013, hubo avances importantes en la comprensión de las propiedades del plasma de quarks y gluones.
Ahora “el salto de la energía nos da acceso a preguntas más fundamentales, como los mecanismos precisos de producción de este estado de la materia”, dijo el investigador de la Universidad de Santiago de Compostela, Carlos Salgado.
El portavoz del experimento ATLAS -uno de los cuatro detectores de partículas del LHC-, Dave Charlton, explicó, por su parte, que el funcionamiento con iones pesados “proporcionará un gran complemento a los datos con protones recolectados hasta la fecha”.