Grandes empresas farmacéuticas, el gobierno británico y una organización filantrópica han reunido más de 100 millones de dólares para crear un fondo de inversión global dedicado a financiar los esfuerzos para hallar un tratamiento, incluso una cura, para el alzheimer en la próxima década.
El llamado Dementia Discovery Fund funcionará como un fondo de inversiones de riesgo. Identificará los descubrimientos prometedores en materia de alzheimer y otros tipos de demencia y entregará los fondos para cubrir los costos de preparación y las primeras pruebas con pacientes.
El secretario de Salud británico Jeremy Hunt anunciará la creación del fondo en las próximas horas en Ginebra, durante la primera conferencia de la Organización Mundial de la Salud sobre demencia. Una cumbre del G8 sobre la demencia en diciembre de 2013 se comprometió a aumentar las inversiones en ese campo de investigación.
La demencia afecta a unas 47 millones de personas en el mundo. Se prevé que esa cifra se duplicará para 2030 y se triplicará con creces para 2050 a medida que envejece la población global. En la actualidad, la demencia cuesta a la economía global más de 604 mil millones de dólares anuales, una cifra que aumentará exponencialmente si no se descubren tratamientos eficaces.
Sin embargo, a pesar de las cifras astronómicas invertidas por gobiernos, universidades y el sector de la salud, el puñado de medicamentos aprobados sólo consigue aliviar temporariamente los síntomas.
Los fondos iniciales para el proyecto provienen del gobierno británico, el organismo filantrópico Alzheimer’s Research UK y cinco compañías: las estadunidenses Johnson & Johnson, Eli Lilly and Co., Pfizer Inc. y Biogen Idec Inc. y la británica GlaxoSmithKline PLC.
Los cinco laboratorios tratan de crear tratamientos para alzheimer y otras formas de demencia mediante píldoras, drogas basadas en anticuerpos y otros métodos para eliminar o inhibir la formación de proteínas que bloquean las conexiones nerviosas en el cerebro. También se buscan métodos de diagnóstico precoz que permitan identificar la enfermedad antes de que haya causado daños irreversibles en el cerebro