Cubrebocas seguirá siendo indispensable para no contagiar

El coronavirus no sólo viaja por el aire en gotas de saliva sino que se pega en otras partículas sólidas muy pequeñas, como las llamadas PM2.5 y así puede trasladarse más lejos. Por esto, las medidas de distanciamiento social y lavado de manos son insuficientes para frenar los contagios si no están acompañadas del uso de cubrebocas o mascarillas para proteger el rostro.

Ésta es la conclusión de un estudio de la Universidad de Texas A&M, el Tecnológico de California (Caltech) y la Universidad de California en San Diego (UCSD), entre cuyos autores está el mexicano Mario Molina, ganador del Premio Nobel de Química 1995.

El estudio revisó las velocidades de dispersión de la epidemia de COVID-19, antes y después del uso obligatorio de cubrebocas, en tres epicentros de la enfermedad: China, Italia y Estados Unidos. Sus resultados muestran un cambio en el número de contagios cuando más personas usaban una barrera en el rostro para exhalar o liberar gotas de saliva.

“Afirmamos que el aire puede ser la principal vía de transmisión porque el SARS-CoV2 puede estarse adhiriendo a otras partículas de aerosoles”, dice el artículo publicado en la revista Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS por sus siglas en inglés), de Estados Unidos.

“Hemos aclarado las vías de transmisión de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) mediante el análisis de la tendencia y las medidas de mitigación en los tres epicentros. Nuestros resultados muestran que la ruta de transmisión aerotransportada es altamente virulenta y dominante para la propagación de COVID-19. Las medidas de mitigación son discernibles a partir de las tendencias de la pandemia. Nuestro análisis revela que la diferencia con y sin la cobertura de rostros obligatorios representa un punto determinante en la configuración de las tendencias de la pandemia. Esta medida de protección reduce significativamente el número de infecciones. Otras medidas de mitigación, como el distanciamiento social implementado en los Estados Unidos, son insuficientes por sí mismas para proteger al público. Nuestro trabajo también pone de relieve la necesidad de que la ciencia sólida sea esencial en la toma de decisiones para las pandemias de salud pública actuales y futuras”, explica la introducción a la explicación técnica del estudio.

Zhang cree que la orientación dirigida por la OMS y los Centros para el Control de Enfermedades no ha sido lo suficientemente estricta como para frenar la propagación de la enfermedad.

“El distanciamiento social y el lavado de manos deben continuar, pero eso no es suficiente protección. El simple esfuerzo de usar una máscara reducirá las posibilidades de que pequeñas partículas infectadas en el aire que no se puedan ver se adhieran al tracto respiratorio”, insiste el profesor de Texas A&M.