Un grupo de astrónomos descubrió una estrella, bautizada como Kepler-444, 25 % más pequeña que el Sol y bastante más fría, pero que con sus 11,200 millones de años casi triplica en edad al astro rey, según publicó ayer la revista Astrophysical Journal.
Las observaciones del telescopio orbital Kepler permitieron descubrir esta estrella, situada a unos 117 años luz de la Tierra y alrededor de la que orbitan cinco planetas, que completan su órbita en menos de diez días.
Están muy cerca de Kepler-444 y, por ello, los científicos descartan que la vida pueda prosperar en estos cinco planetas, cuyo tamaño oscilaría entre la pequeñez de Mercurio (el planeta más pequeño del Sistema Solar) y la razonable envergadura de Venus, el tercero en cuanto a tamaño, de menor a mayor.
El descubrimiento abre la posibilidad a la existencia de vida antigua en la galaxia, según los científicos de las universidades de Birmingham (Reino Unido), Iowa (EU) y Sidney (Australia) autores del descubrimiento.
Durante cuatro años se dedicaron a analizar las observaciones del telescopio orbital Kepler, lanzado por la agencia espacial estadounidense NASA en marzo de 2009 y que orbita a 149,5 millones de kilómetros de la Tierra.