El uso de aparatos electrónicos como celulares, tabletas, videojuegos y televisión, que forman parte del estilo de vida de los niños, altera el ciclo de sueño debido a la luz que producen, asegura un especialista.
La luz que emiten los dispositivos es nociva sobre todo en la noche porque altera el ritmo biológico o circadiano, responsable de la secreción de las sustancias hormonales durante el sueño, como cortisol, melatonina, prolactina y la hormona de crecimiento, dijo el endocrinólogo pediatra Armando Blanco.
“Durante la etapa de desarrollo, el ciclo del sueño en los niños determina la calidad de su descanso y crecimiento porque es cuando la hormona de crecimiento alcanza su máximo nivel de segregación: poco después de que los niños se quedan dormidos”, indica Blanco en un comunicado.
“El pico máximo de segregación de hormona de crecimiento coincide con la presencia de sueño delta profundo; es decir, durante las primeras dos horas de sueño”, detalla.
Agrega que la secreción de hormona de crecimiento depende de la edad, de ahí la importancia de mantener fuera del alcance de los niños, celulares, tabletas, computadoras, videojuegos y otros aparatos que puedan afectar el proceso para conciliar el sueño.
El doctor explica que un recién nacido debería dormir, en promedio, 16 horas por día; los niños pequeños requieren de 10 a 13 horas. La cantidad total de sueño disminuye considerablemente hasta los 20 años de edad.
Los recién nacidos duermen varias siestas durante el día además de un periodo de sueño prolongado en la noche; conforme los niños crecen, eliminan las siestas y obtienen todo el descanso requerido por la noche, añade.
Los niños con ciclos de sueño alterados no producirán los niveles de hormona de crecimiento necesarios para su desarrollo, lo que puede desencadenar problemas de estatura y talla baja, advierte.
Menciona que de acuerdo con un estudio publicado en 2011, por el equipo de investigación del Bambino Gesu Children’s Hospital en Italia, los niños con deficiencia de hormona de crecimiento dormían menos horas y, por ende, tenían un sueño de baja calidad.
La deficiencia de hormona de crecimiento también afecta el sistema inmunológico, haciendo que los niños sean más vulnerables a enfermedades, revela el endocrinólogo pediatra.
Es fundamental vigilar los hábitos de sueño de los niños para identificar cualquier alteración y, de ser necesario, acudir con el especialista, quien determinará si es necesario comenzar un tratamiento con hormona de crecimiento humana recombinante.,