Un grupo de investigadores preparan un libro sobre el hallazgo de molares de un mamut de la especie Mammuthus columbi que descubrieron en 2012 pobladores de la localidad de Santa Ana Tlacotenco, de la delegación Milpa Alta, en la Ciudad de México.
De acuerdo con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), desde su hallazgo un grupo multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) investigaron las causas por las que murió el mamífero extinto.
El libro detallará los hallazgos hasta ahora realizados por especialistas en Edafología, Geofísica, Vulcanología, Arqueología, Palinología, por mencionar algunas disciplinas.
Los estudios los realiza el académico del Laboratorio de Prospección Arqueológica del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM, Luis Alberto Barba Pingarrón, coordinador junto con Joaquín Arroyo Cabrales y Agustín Ortiz de los estudios interdisciplinarios sobre el mamut.
Según Barba Pingarrón, quien es investigador del Conacyt y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), las evidencias más destacadas revelan que la muerte del gigante pudo estar de manera directa vinculada con la actividad de un volcán.
Por otro lado, los datos sugieren que los restos del mamut se descubrieron en algún momento por el ser humano y utilizados miles de años después.
“La actividad del volcán influyó en su muerte y en los procesos que cubrieron y más tarde alteraron los huesos de este mamut”, dijo el científico.
“Los estudios geofísicos permitieron confirmar la presencia de los restos óseos y definir su ubicación exacta, lo que guió la excavación. Con esta información se elaboró el proyecto de investigación presentado al Consejo de Arqueología”, agregó.
En alrededor de 210 localidades de México se identificó restos de la especie Columbi, de las cuales, más de la mitad son en la Cuenca de México, indicó la agencia del Conacyt.
Añadió que estudios realizados en 2010 (con otros ejemplares) por el científico del Instituto de Geología de la UNAM, Víctor Adrián Pérez Crespo, quien también investiga la dieta del gigante, concluyeron que el mamut de las praderas de México pudo habitar en pastizales, praderas y sabanas.
Sin embargo, el mamut de Milpa Alta, al ser uno de los mamuts encontrados a mayor altitud en comparación con otros localizados en las orillas de lagos, es posible que su dieta haya sido mixta, pues se descubrió que también estaba conformada por hojas de árboles.
Otros datos sugieren que podía correr desde las orillas de los lagos en el fondo de la Cuenca de México, hasta las zonas más altas de la sierra Chichinautzin, mencionó la agencia.
A través de un análisis de muestras de suelo del lugar donde se halló el ejemplar, el especialista en Paleobotánica y responsable del estudio para la reconstrucción del hábitat de la especie, Emilio Ibarra Morales, destacó la posibilidad de que este ejemplar habitó en un ambiente seco con tendencia a un clima frío elevado.