Los derivados de la proteína de garbanzo son una alternativa barata para el control de la hipertensión arterial, padecimiento con una alta prevalencia en México y en el mundo.
La estudiante del programa de maestría del Posgrado en Ciencia y Tecnologías de Alimentos de la Universidad de Sonora (Unison), Andrea Staeps Gordoa, refirió que aproximadamente el 30 por ciento de la población padece esta enfermedad.
Anotó que por ello se buscan alternativas que ayuden a prevenirla o controlarla y mencionó que se trata de una enfermedad asintomática, pero que genera daños en arterias y corazón, por lo que se le conoce como el asesino silencioso.
Señaló que el garbanzo contiene proteína de excelente calidad y que, además, es considerado uno de los alimentos importantes en países en vías de desarrollo o subdesarrollados por su bajo costo.
Staeps Gordoa destacó que el estado de Sonora es un alto productor de esta leguminosa.
«Si bien es cierto que la hipertensión se produce por múltiples mecanismos, se pretende obtener los derivados de proteína a partir del garbanzo para que éstos puedan ayudar a disminuir la presión arterial», mencionó.
Consideró que quizás en el futuro podrían elaborarse suplementos que contribuyan a la prevención o control de la enfermedad, cuyos síntomas son vértigo, mareo y dolor de cabeza, entre otros, cuando ya se ha generado daño.
El procedimiento es hidrolizar la proteína del garbanzo para romperla haciéndola más pequeña a lo que llamarán péptidos, los cuales pueden inhibir a la ACE, enzima convertidor de angiotensina, que contribuye en el control de la presión arterial, indicó.
La estudiante del programa de maestría del Posgrado en Ciencia y Tecnologías de Alimentos busca, con esta investigación, obtener su título de maestría, recordó que los factores de riesgo para este padecimiento son la edad avanzada y sensibilidad a la sal.
Además, abundó, tabaquismo, sedentarismo, falla renal, carga genética, dietas elevadas en grasas saturadas, las cuales causan la obstrucción de las arterias, que se puede evitar o retrasar al cambiar el estilo de vida, una dieta balanceada y ejercicio.
«El flujo de sangre a presión comienza a lesionar las paredes de las arterias y eso provoca que se formen trombos, mismos que pueden derivar en infartos, insuficiencia renal y embolias», dijo.