La exposición “El cuerpo como paisaje”, del artista mexicano Jorge Marín, fue inaugurada ayer en la Mansión del Príncipe Gong, uno de los palacios de la época imperial mejor conservados en el casco antiguo de Pekín. Trece bronces del pintor y escultor, algunos de ellos adornados con las alas que se han convertido en todo un símbolo del artista de Michoacán, pueden admirarse desde ayer en el palacete de 200 años de historia, que fue en el siglo XIX residencia de uno de los primeros ministros de Asuntos Exteriores de la China imperial.
“La obra de Marín es perfecta para la mansión”, destacó en la inauguración el director de la casa-museo, Sun Xuguang, quien resaltó la “maravillosa combinación entre el arte contemporáneo de México y la belleza de este palacio”, que el pasado año ya acogió una muestra de obras del también mexicano José Guadalupe Posada.
“El cuerpo como paisaje”, que ya estuvo en Madrid, Barcelona, el Parlamento Europeo en Bruselas, Singapur, Shanghi o San Petersburgo, recoge algunas de las obras más representativas de las dos últimas décadas del autor, conocido por su estilo hiperrealista y su obsesión por la figura humana. “Marín es, sin lugar a dudas, uno de los mayores exponentes del arte contemporáneo figurativo en México”, subrayó en el acto de apertura de la muestra el embajador mexicano en Pekín, Julián Ventura.