La serie animada más exitosa de todos los tiempos está por cumplir 25 años. La familia amarilla más querida en el mundo festeja el haber marcado toda una época.
A lo largo de los últimos 25 años volaron casas por los aires, se enfrentaron a un expresidente de Estados Unidos y entraron en contacto con repugnantes extraterrestres; el miércoles se cumple un cuarto de siglo desde que los amarillos Simpsons irrumpieron en la pequeña pantalla, y aún hoy siguen protagonizando la serie más longeva de la televisión norteamericana.
Cuando comenzaron, allá en 1989, estaban pensados para rellenar las pausas del «Tracy Ullman Show» en Fox. El programa pronto desapareció, pero los divertidos personajes animados convencieron a los directivos del joven canal estadounidense.
Hoy, muchos se preguntan si Fox habría sobrevivido aquellos años sin «Los Simpson». Y es que la serie no sólo les reportó dinero y fama, sino que además se convirtió en un hit que exportaron a numerosos países de todo el mundo.
Al comienzo, la crítica no estaba del todo convencida con las aventuras del “naive” padre de familia Homero, la agobiada Marge, el descarado Bart, la sabelotodo Lisa y la pequeña Maggie, que en 25 años no se ha quitado los pañales y sigue sin aprender a andar ni a hablar (excepto la palabra “papá”, pronunciada en su versión original por la entre tanto fallecida diva Elizabeth Taylor).
Para los estadounidenses más devotos, la serie era demasiado herética, las organizaciones de mujeres la consideraban demasiado descarada, los islamistas demasiado occidental, los rusos demasiado americana… Y lo más importante de todo: ¿dibujos animados para adultos?
Sin embargo, los Simpson resultaron ser perfectos como producto de marketing, y no sólo en televisión: hoy en día es posible decorar una casa exclusivamente con productos inspirados en estos seres amarillos o construírsela.
Como hace un cuarto de siglo, el núcleo sigue estando en Springfield, la ciudad natal de la familia. A qué ciudad estadounidense corresponde es algo que el creador de la serie, Matt Groening, dejó a propósito abierto.
El resto, deriva de su propia biografía: los nombres de los protagonistas son los de su familia y muchos de los personajes secundarios están inspirados en otros reales. Ese microcosmos en el que para cada grupo laboral y tipo de persona hay un alter ego es uno de los puntos fuertes de “Los Simpson”.