El 20 de mayo de celebra el Día Mundial de la Abeja, una especie clave para mantener la biodiversidad en la Tierra debido a su fundamental función polinizadora. En torno al 90 por ciento del florecimiento salvaje de plantas depende en alguna medida de animales polinizadores.
Es por ello que la ONU alerta del peligro de la amenaza humana para esta y otras especies polinizadoras. En concreto, en torno a un 35 por ciento de los polinizadores invertebrados y un 17 de los vertebrados están en peligro de extinción.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “en la actualidad el número de abejas, polinizadores y muchos otros insectos está disminuyendo. El Día supone una oportunidad para que todos ―gobiernos, organizaciones, sociedad civil y ciudadanía interesada― promovamos acciones que protejan y ayuden a los polinizadores y sus hábitats, incrementen su abundancia, mantengan su diversidad y apoyen a los apicultores y el desarrollo sostenible del sector apícola. Las abejas y la apicultura desempeñan un papel importante en el medio ambiente y la producción agrícola, en el apoyo a los medios de vida rurales, la creación de empleos rurales dignos y la mejora de la seguridad alimentaria y la nutrición”.