Los corredores financieros que se mueven por corazonadas en momentos de alta presión parecen tomar decisiones más provechosas, según un estudio realizado en la universidad City de Londres. En esta investigación de campo, cuyos resultados se publicaron en la revista científica Nature, se pidió a 16 operadores financieros de un fondo de inversiones que adivinaran su ritmo cardiaco sin tomarse el pulso. Esta prueba permite descubrir a los que son más sensibles a las señales del cuerpo, porque se estima que son también los que ofrecen mejores resultados en ambientes que exigen tomar decisiones arriesgadas. La capacidad de los operadores de evaluar su ritmo cardiaco «predijo su rentabilidad relativa y, sorprendentemente, cuánto tiempo habían sobrevivido en los mercados financieros», afirmaron los autores del estudio, de las universidades de Cambridge, Sussex y Queensland. “Nuestros resultados sugieren que los signos enviados por el cuerpo –las corazonadas o el instinto financiero– contribuyen al éxito en los mercados”.