El efecto del impuesto de un peso por litro a las bebidas con azúcares adicionados, que se aplica a partir del 1 de enero del 2014, ha reducido aproximadamente 10 % la compra en hogares mexicanos, señalan resultados preliminares de un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y el Centro de Población de Carolina de la Universidad de Carolina del Norte.
Los resultados preliminares del estudio —encabezado en el INSP por los doctores Arantxa Colchero Aragones y Juan Rivera Dommarco y que serán sometidos a su revisión para su publicación en una revista científica arbitrada— se refieren al primer trimestre del 2014 en comparación con el primero del 2013.
Los datos provienen de un panel de consumidores, señala el INSP en su portal web, y contienen información sobre compras de bebidas en hogares que viven en localidades de más de 30 mil habitantes. Los resultados también muestran un aumento de alrededor de 7 por ciento en las compras de bebidas sin impuesto (como bebidas con edulcorantes artificiales, agua mineral carbonatada, agua simple, jugos sin azúcares adicionadas y leche sin azúcares adicionados) y dentro de esta categoría un incremento de aproximadamente 13 por ciento en la compra de agua simple, durante el mismo período de tiempo.
Refiere también que las compras de bebidas carbonatadas sin impuestos (bebidas con edulcorantes artificiales y agua mineral carbonatada) y otras bebidas sin impuestos (leches y jugos sin azúcares adicionados) no cambiaron en forma significativa.