En el año 2050 el 66 por ciento de las personas vivirán en núcleos urbanos, por lo que resultará imprescindible desarrollar nuevas tecnologías en la construcción de las ciudades que contribuyan a reducir su impacto ambiental.
Con este objetivo, miembros de la Comisión Europea (CE) presentaron en el encuentro anual de la Asociación Americana para el Avance Científico, que se celebra estos días en Austin (Texas, EU), proyectos científicos que mejoran la calidad de vida de la sociedad gracias a la nanotecnología, la biotecnología y materiales avanzados.
En definitiva, plantean que en las “ciudades inteligentes” todas sus superficies, tanto verticales como horizontales, ayuden a establecer un hábitat ideal en el interior de la vivienda y a renovar la calidad del aire exterior.
El proyecto “Materiales avanzados y nanotecnología” (AMANAC, por sus siglas en inglés), englobado dentro del programa Horizonte 2020, reúne a 233 socios europeos que participan en el perfeccionamiento de ideas que potencien la eficiencia energética de los edificios.
Olga Río, de la Dirección General de Investigación e Innovación de la CE, valoró positivamente esta colaboración del tejido empresarial, aunque reclamó mayor implicación de las instituciones.
“Hay que intentar incluir al usuario final, que en muchos casos son las propias administraciones; las que además pueden generar legislaciones que favorezcan la aplicación de los avances”, dijo.