Arqueólogos afirman que desde hace 3 mil 600 años los humanos son capaces de instalarse permanentemente por encima de los 2 mil 500 metros, y pudieron confirmar que lo hicieron en la meseta tibetana, también conocida como la «cima del mundo».
Según una investigación publicada este jueves en la revista estadunidense Science, fue gracias al descubrimiento de la cebada y el trigo, importados desde Medio Oriente, que estos agricultores-recolectores pudieron vivir a una altura de 3 mil 400 metros, ya que estos cultivos son resistentes al frío y a las alturas elevadas.
A pesar de que existen indicios de presencia humana intermitente en la meseta tibetana desde hace 20 mil años, los investigadores han determinado que no fue hasta mil 600 A.C que un grupo se estableció permanentemente más allá de los 2 mil 500 metros de altitud.
Los arqueólogos estudiaron los huesos y dientes de animales (cerdos, ovejas y ganado), restos de plantas y otros vestigios procedentes de 53 yacimientos en el noreste de la meseta tibetana. De este modo, determinaron que los pobladores más antiguos, hace 5 mil 200 años, vivían por debajo de los 2 mil 500 metros y dependían de cultivos sensibles al frío. Pero se encontraron indicios de pobladores establecidos por encima de los 2 mil 500 metros hace 3 mil 600 años, cuyo régimen alimentario era a base de trigo y cebada.
«Sobrevivir todo el año a esas altitudes debía ser muy difícil. Esto plantea cuestiones interesantes en cuanto a la capacidad de adaptación de los humanos, el ganado y de las culturas a tales altitudes», dijo el profesor Martin Jones, de la Universidad de Cambridge en Reino Unido. Según él, este descubrimiento podría tener implicaciones en términos de seguridad alimentaria.