Platicamos con este gran arquitecto mexicano quien en los últimos años se ha dedicado a la arquitectura efímera, abriendo a su campo a este tipo de obras. Aquí nos platica en qué consiste y ,sobre todo, ahora que creará un pabellón dentro del Festival Mextrópoli, en unión con el mezcal Ojo de Tigre.
Elías, ¿por qué dedicarte a la arquitectura?
Sabía que es una disciplina que engloba muchas otras: interiorismo, iluminación, la parte social y diseño. En realidad soy apasionado del diseño. Incluso hago escaparates, paisajes, porque la arquitectura es completa. Estudié una segunda carrera, Diseño Estratégico, y una maestría en arquitectura efímera, que es toda aquella que no trasciende que solo se construye una vez para destruirse. No son estructuras ni fijas ni sólidas: museografía, escaparates, tiendas pop-up, escenarios, entre otras. Eso es en lo que más estoy enfocado.
¿Por qué enfocarte en esta arquitectura?
Aunque claro que sigo haciendo la arquitectura ‘tradicional’ en el despacho que ya cumplirá 8 años. Pero además, Quiero que mis obras tengan un mensaje e impactar a más usuarios. Todos venimos a contar una historia en la vida y yo he encontrado que puedo hacer esto gracias y dentro de la arquitectura efímera.
¿Cómo se ha desarrollado esta arquitectura efímera en México?
La verdad es que aquí estamos en pañales, aunque en otras partes del mundo lleva mucho tiempo haciéndose y se comprende mucho más fácil. Lo que más me gusta de la arquitectura efímera es eso, que no tiene una etiqueta ni una clasificación total.
¿Cómo ha sido recibida por los consumidores?
Hay gente de todo. A muchos les encanta, sobre todo, cuando la hacemos en un espacio público. Siempre hay una reacción inmediata de la gente que la ve. En la arquitectura tradicional hay un solo cliente y son pocas personas quienes pueden entrar a esos espacios privados. En la arquitectura efímera, dado su aspecto público, podemos hasta medir y obtener reacciones inmediatas hasta en redes sociales.
Participas en el Festival Mextrópoli con un proyecto, ¡cuéntanos sobre él!
Me encanta cómo funciones Mextrópoli. Es un libro abierto para proponer todo lo que los arquitectos vivimos en nuestros presentes. Es mostrar lo que sucede en ese momento en nuestra mente y corazón. Construiré un pabellón en la Alameda Central en unión con el mezcal Ojo de Tigre. Es crear desde el vacío y es fabuloso. Hay que vivirlo para entender cómo se mezclará lo que tanto la marca como yo queremos decir. Estará hecho a partir de botellas de desecho y observar cómo las transformamos.
¿Para ti qué es la belleza?
La honestidad de cada quien. Cuando somos capaces que los defectos propios son una ventaja sobre otros y que de ahí puede surgir una estética.
¿Cómo ha influido México en tu trabajo?
Es un país que tiene que ofrecer en cuanto a su estética y la pureza de los materiales. Los arquitectos mexicanos entendemos que en México hay recursos en formas, materias primas y colores. Y todo eso nos permite reinterpretarla miles de veces y formas propias.
¿Cómo defines tu trabajo?
Soy un arquitecto que se basa en el regreso a la esencia: simpleza, versatilidad y funcionalidad, son los tres pilares de lo que hago. Trabajo a partir de momentos, de experiencias diarias, y voy tejiendo estos tres pilares para mis proyectos.
¿Qué viene para Elías en el futuro?
España está en la mira, pues colaboro con mucha gente de allá. He encontrado un hilo conductor entre México y Europa. Hay una metodología de expresión que me va a permitir hablar de cómo me he apropiado de la arquitectura efímera.
¿Qué te falta por hacer?
La terminal de algún aeropuerto.
Los generales de Elías:
País: México
Edad: 33 años
Universidades: Universidad Iberoamericana (CDMX), Parsons (NY) y Politécnica de Cataluña (Barcelona)
Compañía: Kababie Arquitectos
Premios: Premio AMDI, el Premio PRISMA, el premio AAI, Diseña México.
Sobre Mezcal Ojo de Tigre
Es un destilado artesanal y espirituoso, compuesto por dos agaves, el espadín oaxaqueño y el tobalá de Puebla, de cosecha sustentable. El proceso de este mezcal comienza cociéndose en hornos de piedra a cielo abierto para luego ser fermentado naturalmente en barricas de encino y por último destilarse dos veces en alambiques de cobre. El actor mexicano Luis Gerardo Méndez emprendió este proyecto que represente la ideología y estilo de vida de México.