El conservador Mauricio Macri se consagró ayer como nuevo presidente de Argentina al derrotar en una inédita segunda vuelta al oficialista Daniel Scioli y pondrá fin, a partir del próximo 10 de diciembre, a un ciclo de doce años y medio de kirchnerismo en el poder.
“Hoy es un día histórico, es un cambio de época que va a ser maravilloso”, dijo Macri al celebrar su triunfo ante miles de adherentes políticos reunidos en un centro de convenciones de Buenos Aires, la ciudad que gobierna desde hace ocho años.
Con el 96.40 % de las mesas contabilizadas, Macri, líder del frente electoral Cambiemos, obtenía el 51.72 % de los votos por el 48.28 % de su rival, quien reconoció su derrota y llamó al electo mandatario para felicitarlo.
Quien dentro de tres semanas tomará las riendas del país por los próximos cuatro años afirmó que el cambio que tiene por delante Argentina “no puede detenerse por revanchas” y convocó a la participación de “todos”, incluso a quienes no le votaron, para “encontrar el camino del desarrollo”.
Macri, de 56 años, ingeniero de profesión, que saltó de los negocios familiares al mundo del fútbol y de ahí a la arena política, prometió “pobreza cero”, enfrentar y derrotar al narcotráfico, mejorar la calidad democrática y tener buenas relaciones con todos los países, en especial los latinoamericanos.
“¡Sí, se puede!”, arengó a sus seguidores, que le respondieron a coro.
“Le pido a Dios que me ilumine para ayudar a cada argentino a encontrar su forma de progresar, ser feliz. Les pido que por favor no me abandonen, que el 10 de diciembre comienza una etapa maravillosa de Argentina”, grito Macri, exultante, quien festejó a puro baile, arropado por su mujer, Juliana Awada, y la hija de ambos, Antonia, de 4 años.
“Se optó por el cambio”. Globos, lluvia de papeles, música a todo volumen en el búnker de Cambiemos. Y unas cuantas cuadras de allí, en un hotel del centro de la capital argentina, la cara de la derrota: militantes del Frente para la Victoria deshechos en un mar de lágrimas.
Su candidato, el gobernador saliente de la provincia de Buenos Aires, contuvo su amargura en público y, al reconocer la derrota, habló con serenidad.
“Yo he puesto lo mejor de mí”, aseguró Scioli, un peronista de origen no kirchnerista y que en la primera vuelta electoral, el pasado 25 de octubre, había logrado el primer puesto, con el 37 % de los votos, menos de lo que le auguraban los sondeos y apenas tres puntos por encima de lo obtenido por Macri.
Scioli reconoció que “se optó por un cambio” y dijo que “Dios quiera e ilumine al ingeniero Macri y que ese cambio sea por el bien de nuestro pueblo”.
“La dinámica del balotaje [segunda vuelta] ha elegido la alternancia. Es nuestra democracia, tenemos que hacerla madurar día a día y cuidarla. Hoy hemos dado una manifestación ejemplar al mundo”, añadió.
Cristina Fernández, que tuvo una mala relación con Macri desde que en diciembre de 2007 ella llegó a la Casa Rosada y él a la Alcaldía de Buenos Aires, también llamó a su sucesor para felicitarle.
Según fuentes oficiales, la jefa de Estado, que tendrá que traspasar su banda presidencial al líder opositor, le convocó a un encuentro mañana martes en la residencia oficial de Olivos, a las afueras de Buenos Aires.