«No hay nada para evitar que sea el mejor día de todos». Bono canta como si fuera el último día de su vida en «Love Is All We Have Left». Es el sentimiento de un hombre en un último acto de redención y agradecimiento antes que un meteorito caiga sobre la Tierra y todo desaparezca. «Amor, el amor es todo lo que nos queda, un bebe llora en la puerta, el amor es todo lo que nos queda», repite Bono, envuelto en un colchón de sintetizadores, en la canción himno de U2 que abre su nuevo disco, Songs of Experience.
El sucesor de Songs of Innocence (2014) es el segundo capítulo de un viaje personal de la banda a sus orígenes en Dublín -acompañado de sus hijos que ilustran la tapa, sus libros, sus influencias-, ese lugar donde se pararon desde hace tiempo para mirar el mundo. Pero sobre todo el último disco habla de cómo es estar vivo en medio de la coyuntura que nos rodea.
Las trece canciones nuevas reflejan ese estado anímico de redención de la banda y plasman su presente más vital y urgente, tras un proceso de metamorfosis y acabado de los temas junto a varios productores: Jacknife, Ryan Tedder, Steve Lillywhite, Andy Barlow y Jolyon Thomas. El disco Songs of Experience confirma la capacidad de la banda irlandesa para reinventarse como una banda de rock contemporánea y sacar a relucir canciones a la altura de sus grandes discos.
Hay canciones de guitarras, como «Red Flag Day», en la línea del álbum War; y baladas mid tempo acústicas como «The showman», donde Bono se mofa de su personaje: «Miento para ganarme la vida». Las introspectivas ‘It’s the Little Things Give You Away'» y «Landlady», dedicada a su esposa, Ali, corren el telón de la vida detrás del personaje de gafas oscuras. La dupla de «Love Is Bigger Than Anything In Its Way» y «13 (There Is A Light)» cierra conceptualmente el disco. Bono siguió el consejo de un poeta irlandés, escribir como si estuviera muerto, para guiar a la banda hacia su renacimiento artístico.
Aquí los recordamos en su pasado concierto en la Ciudad de México: