En colaboración con investigadores del Hospital Clínic y desarrollando sus pesquisas a través de un experimento ‘in vitro’, unos investigadores del Hospital barcelonés Vall d’Hebrón han dado un paso importantísimo en la cura del VIH.
El avance en cuestión se basa en una palabra clave: reservorio. El reservorio es, por así decirlo, el escondite de la enfermedad. Un escondite al que los fármacos actuales no pueden llegar. Y el descubrimiento ha sido que el Rituximab, un fármaco que se usa para cánceres, puede eliminar esas células.
De un modo más preciso: estas células suelen ser linfocitos y se ha descubierto que expresan una molécula llamada CD20. Y que esta molécula remite tras ser expuesta al Rituximab. El éxito no es absoluto, pero sí significativo: se consiguen eliminar más de un 60% de las células infectadas.
¿El problema? Que no solo elimina esas células. También elimina las células que están en buen estado. Lo importante de este caso, entonces, es que es la primera vez que se descubre un fármaco capaz de atacar al reservorio del VIH.
No en vano y como el descubrimiento importante que es, la revista Nature ha hecho públicos los resultados. Y María José Buzón, líder del estudio ha declarado que: “se abre una puerta para desarrollar nuevos fármacos que puedan acabar con el reservorio”.
Huelga decir, a modo de cierre, que el VIH es una infección crónica, sí, pero con el tratamiento adecuado, las personas portadoras pueden hacer una vida completamente normal. Y además, las personas infectadas pueden dejar de ser transmisoras.