Las Naciones Unidas adoptaron el lunes 19 de junio un acuerdo «crucial» para proteger amplias zonas de ecosistemas marinos vitales. Los ecologistas celebran porque podría frenar la pérdida de biodiversidad marina y fomentar el desarrollo sostenible.
«El Tratado de Altamar es esencial para la protección de los océanos», declaró a DW Rebecca Hubbard, directora de la Alianza de Altamar. La alianza está formada por más de 50 organizaciones no gubernamentales que trabajan para reforzar la gobernanza sostenible de los océanos. Pero el acuerdo no solo contempla la fauna marina. «También es crucial para la protección del clima y los medios de subsistencia de miles de millones de personas en todo el mundo», añade Hubbard.
Apenas en abril y mayo de este año, los científicos informaron de las temperaturas globales más altas de la superficie del mar desde que comenzaron los registros en 1850. Los océanos absorben el 90 % del calor generado por la emisión de gases de efecto invernadero, que sigue calentando el planeta. Los océanos son «el mayor aliado del mundo en la lucha contra el cambio climático» y producen el 50 por ciento del oxígeno de la Tierra.
Para entrar en vigor, el tratado vinculante debe ser firmado y ratificado por al menos 60 Estados. Pero la adopción por sí sola supone un importante punto de inflexión para la protección de la altamar y de toda la vida marina. Se espera que el tratado contribuya a la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos, protegiendo al mismo tiempo los derechos e intereses de todos los países implicados.
En lo que respecta a la conservación de la naturaleza, grandes zonas del océano siguen siendo una especie de «tierra de nadie»: la pesca, la navegación, el turismo y la protección marina están regulados por unas 20 organizaciones de todo el mundo. Sin embargo, estas normas solo se aplican hasta unas 200 millas náuticas de las costas. A partir de ahí, ninguna ley nacional tiene validez y los Estados carecen de medios de acción.
El objetivo es que el tratado de protección de la altamar sea ratificado por los países antes de la Conferencia de la ONU sobre el Derecho del Mar, en junio de 2025. Esto sería muy rápido, pero según Hubbart es posible y necesario.
La UNESCO calcula que cerca de la mitad de la vida marina podría estar amenazada de extinción a finales de siglo si no cambia nada fundamental. Esto no significa necesariamente dejar de utilizar el océano, sino utilizarlo de una forma que, en el mejor de los casos, no lo dañe, o solo lo imprescindible para que al menos pueda recuperarse por sí solo.
Con información de DW