La revista Scientific reports publicó un estudio mexicano de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que muestra evidencia de que la depresión puede asociarse a la presencia de parásitos intestinales que alteran la microbiota y la generación de neurotransmisores y procesos de comunicación neuronal en el eje nervioso intestino-cerebro.
El estudio fue realizado en comunidades indígenas de la sierra del estado de Guerrero gracias a una colaboración que encabeza la Facultad de Psicología, junto con el Instituto de Ecología y la asociación civil para el desarrollo indígena Xuajin Me’phaa.
Según el reporte, el equipo de investigadores mexicanos analizó niños en dos comunidades indígenas y observó dos indicadores: la presencia del parásito Ascaris lumbricoide y la baja presencia de bacterias que intervienen en la producción y aprovechamiento del neurotransmisor dopamina, cuya ausencia se relaciona con la depresión.
Elvia Ramírez Carrillo e Isaac González Santoyo determinaron que el parásito Ascaris lumbricoides genera alteraciones en la microbiota intestinal, afectando las redes generales de comunicación y las subredes clave vinculadas con la depresión.
Ascaris lumbricoides vive en el suelo, aqueja a más de un tercio de la población mundial, principalmente poblaciones de bajos recursos, y causa importantes problemas metabólicos.
“El objetivo inicial fue determinar cómo su estilo de vida influye en la composición, abundancia y redes de comunicación de la microbiota. Su modo de vivir es muy diferente al de las ciudades y se asemeja más a lo que experimentó nuestra especie a lo largo de su evolución”, detalló González Santoyo.
Esto sirve para entender cómo nuestro modo de vivir impacta en grupos bacterianos fundamentales para el funcionamiento óptimo de nuestros sistemas inmunológico, nervioso o endócrino, añadió.