A prácticamente 40 años de su extinción en la vida silvestre, la paloma de Socorro está a punto de regresar a su lugar de origen, la isla de la que toma su nombre y que forma parte del archipiélago de Revillagigedo, a casi 700 kilómetros de la costa de Colima.
Su arribo se debe a un programa conformado por varias instituciones internacionales que encabeza el Instituto de Ecología (Inecol); a la fecha el mantenimiento de las aves en cautiverio representa una inversión de cuatro millones de dólares por parte de donaciones de Europa y Estados Unidos.
“En el parque Africam Safari en Puebla existen tres polluelos nacidos en México, los cuales representan el potencial para la repoblación de su isla de origen”, manifiesta el doctor Juan Esteban Martínez, coordinador general del proyecto e investigador de Inecol.
El investigador refiere que en 1869 se introdujeron borregos a isla Socorro, los cuales empezaron el desequilibrio ecológico del lugar, al afectar el ciclo de regeneración de la vegetación nativa.
Sin embargo, algunos ejemplares de palomas de Socorro fueron llevados por investigadores de la Academia de Ciencias de California a su sede en San Francisco, en 1925, a fin de reproducirlas en cautiverio y que su cría se extendiera después a Europa.
El investigador del Inecol refiere que estudios especializados determinaron que entre 1972 y 1978 no había más palomas de Socorro en la Isla. Ante ello, en 1987 se fundó la Island Endemics Foundation con el objetivo de reintroducir a esta especie a su isla nativa. En 1995, se sumó la Asociación de Zoológicos y Acuarios; la iniciativa fue puesta en marcha por el investigador Luis Baptista, miembro de la Academia de Ciencias de California, quien se puso en contacto con diversos criadores en Estados Unidos.
Un año más tarde, el mismo especialista emprendió el Proyecto Paloma de Socorro y buscó apoyo de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología y autoridades de la Secretaría de Marina (SEMAR). A la muerte del doctor Luis Baptista en 2000, Inecol retoma en 2001 la iniciativa del proyecto, mismo que es dirigido por el doctor Juan Esteban Martínez.
A decir del especialista, para lograr la certeza de que las palomas trasladadas a la isla del Socorro fueran absolutamente las originales, científicos realizaron estudios de ADN a las aves nacidas en cautiverio, tanto en Estados Unidos como en Europa.
“Algunos criadores realizaron hibridaciones con otras especies, por ello se hizo un análisis de huellas genéticas para identificar a las palomas que tienen una constitución genética similar a las de las palomas originales de Isla Socorro. De ahí se planearon cruzas, gracias a la Asociación de Zoológicos y Acuarios de Europa, ya que la paloma de origen mexicano fue declarada extinta en la vida silvestre en 1978”.