Restauran ruinas de barro en el Soconusco

El proyecto de investigación del sitio arqueológico de Izapa, uno de los más importantes en la región del Soconusco, entre los límites de Chiapas con Guatemala, se encuentra en trabajos de restauración por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Este asentamiento prehispánico hecho de barro se desarrolló a la orilla de un río y  cuenta con 30 monumentos de piedra, que no habían sido estudiados desde 1960.

Alejandro Uriarte, arqueólogo responsable del Proyecto de Conservación de Izapa, señaló que los trabajos de restauración han permitido redescubrir el corazón de su arquitectura.

Uriarte mencionó que uno de los problemas más importantes para atender es la afectación por el crecimiento de líquenes y hongos en las estructuras que debido al clima húmedo proliferan.

El cuerpo escultórico de Izapa consta de 270 piezas, consistentes, principalmente, en conjuntos de estela-altar; entre 30 y 40 de ellos están labrados con bajorrelieves que describen escenas míticas, asociadas al ejercicio del poder por parte de antiguos gobernantes.

Estas piezas, afirmó Uriarte, dieron origen al llamado “estilo Izapa”, el cual, se descubrió primero en dicho sitio, y hoy está identificado en otros asentamientos prehispánicos ubicados en el estado de Chiapas y Guatemala.

Algunas de las piezas descubiertas en Izapa se exhiben en el Museo Nacional de Antropología, en la Ciudad de México, y en el Museo del Soconusco, en Tapachula, otras permanecen expuestas en su lugar de origen, pero a pesar de estar protegidas por techumbres, han presentado deterioro. ocasionados por el intemperismo.

A través del Proyecto de Conservación de Izapa, especialistas del INAH, coordinados por Uriarte Torres, abordan las problemáticas de conservación de los conjuntos de estela-altar desde dos vertientes: llevan a cabo el registro fotogramétrico con la finalidad de tener información detallada de su iconografía, así como para contar con la documentación completa de los mismos, previendo futuros deterioros.

El segundo es el estudio de los microorganismos que crecen en las obras pétreas, para determinar cuál es la forma más adecuada de combatirlos sin afectarlas.