El daño que provocó el ser humano hace unos 150 años en las islas Galápagos, al introducir las ratas a ese ecosistema virgen, recién está comenzando a resarcirse: los biólogos están encontrando pruebas de que las tortugas gigantes se están reproduciendo nuevamente.
La revista Nature publicó en su número de enero que tres investigadores encontraron «diez recién nacidas» tortugas gigantes en la Isla Pinzón, que forma parte del archipiélago de los Galápagos, en las aguas de Ecuador.
«Podría haber muchas más, porque su tamaño y camuflaje hace que sean difíciles de observar», dijo Washington Tapia, Jeffreys Málaga y James P. Gibbs, los investigadores que han estado siguiendo los esfuerzos de conservación de esta especie.
«Nuestro descubrimiento indica que las tortugas gigantes están nuevamente reproduciéndose en su propio medio natural», un indicador de que esta especie, llamada en inglés «saddleback» por su caparazón con aspecto de silla de montar, está reproduciéndose sin asistencia.
Hace 150 años, la introducción de las ratas, los piratas que las cazaban y los balleneros irrumpieron en el ecosistema de los Galápagos y provocaron que esta especie fuera decayendo en su población hasta los 100 ejemplares que había en la década de 1960.
Esta esperanza para las tortugas gigantes de la Isla Pinzón se da luego 50 años de esfuerzos de conservación y erradicación de las ratas, explican los investigadores en Nature.
Los conservadores ayudaban al nacimiento de las tortugas recolectando sus huevos y criándolos durante 4 o 5 años hasta que tuvieran un tamaño «a prueba de ratas», además de que realizaron un esfuerzo «drástico» de erradicación de los roedores.
«Estas estrategias han permitido ahora que la especie se estabilice por sí misma», según el artículo de Tapia, Málaga y Gibbs.
Esto eleva las expectativas de que las tortugas gigantes puedan aparecer más que en algún recuerdo fotográfico de los Galápagos.
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