Considerada por la crítica especializada como una de las obras más populares del repertorio operístico internacional, la ópera «Tosca» del compositor italiano Giacomo Puccini, regresa al Palacio de Bellas Artes con una nueva producción a partir de mañana.
La primera ópera en presentarse en el Palacio de Bellas Artes en 1935, regresa con una pequeña temporada con motivo de los 80 años del inmueble, en esta ocasión renovada bajo la dirección concertadora de Srba Dinic y escénica de Luis Miguel Lombana.
Durante un ensayo celebrado esta tarde en el recinto de mármol, la ópera en tres actos y que cuenta con libreto en italiano de Luidi Illica (1857-1919) y Giuseppe Giacosa (1847-1906), goza de gran sonoridad y buen vestuario.
Basado en el drama «La Tosca» de Victorien Sardou (1831-1908), en ella se narra la historia de los amantes «Floria Tosca» y «Mario Cavaradossi», quienes viven en medio de la opresión de la Italia de Mussolini.
Entre tantas injusticias ayudan a «Angelotti», preso político que se ha fugado pero el «Barón Scarpia», jefe de la policía, los descubre dando pie a un dramático desenlace.
El elenco es encabezado por la soprano rumana Svetla Vassileva y la soprano mexicana Violeta Dávalos, quienes alternarán en el papel de «Floria Tosca»; los tenores Héctor Sandoval y Carlos Arturo Galván como «Mario Cavaradossi», y el barítono Genaro Sulvarán en el personaje del «Barón Scarpia».
El montaje es una historia que habla del poder, de la opresión del fuerte frente a la libertad, y donde cruelmente son destrozadas las ilusiones por una realidad llena de engaños, deseos y traiciones, que se mezclan en una Roma oscura con las emociones y anhelos de sus protagonistas, destinados a un final trágico.
Se estrenó en el Teatro Costanzi de Roma el 14 de enero de 1900 con una cierta desconfianza del público, pero al paso del tiempo se ha convertido en una de las obras más escenificadas en todo el mundo. Su estreno en México se llevó a cabo en el Teatro Arbeu en julio de 1901 y al Palacio de Bellas Artes llegó hasta marzo de 1935.
Los expertos consideran que Tosca es una obra maestra y en cuanto a fama y popularidad hay pocas que la igualan. Es una historia efectista e intrigante, muy eficaz como espectáculo verista por el suspenso y las violentas emociones que incluye.
Los roles, fuertes y muy marcados en sus características, permiten un gran lucimiento vocal y teatral a los cantantes que los protagonizan, principalmente a «Tosca», «Scarpia» y «Cavaradossi», y contiene algunas de las arias más famosas del repertorio como «Recóndita armonía» y «E lucevan le stelle», de Cavaradossi, así como la plegaria de «Tosca», «Vissi d’arte».
En consecuencia y en conjunto, de acuerdo a los numerosos estudiosos de esta obra, «Tosca» es un gran e intenso espectáculo para el público. Puccini estructuró la ópera de manera casi perfecta, pues según los expertos, «nada sobra ni falta, y nada es redundante».