Investigadores de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ya experimentan en la producción de «lovastatina», molécula obtenida de un hongo Aspergillus terreus, en la que se ha encontrado actividad para bajar los niveles de colesterol en sangre y por consiguiente para prevenir la ocurrencia de infartos y embolias.
Además, la lovastatina es el precursor de otro fármaco: simvastatina con propiedades similares.
El doctor Javier Barrios González, investigador del Departamento de Biotecnología de esta casa de estudios, explicó que su grupo de investigación se ha dedicado a la producción de metabolitos secundarios microbianos, moléculas producidas por microbios a los que se les ha encontrado “una impresionante” variedad de actividades farmacológica, y gracias a los cuales se han obtenido fármacos como antibióticos, por ejemplo la penicilina y estreptomicina, entre otros.
En principio, la investigación se propuso obtener antibióticos; sin embargo, se ha observado que estos metabolitos son efectivos para regular las contracciones del útero o las pulsaciones del corazón, hasta para actuar como plaguicidas en la agricultura;
En la UAM se estudia un metabolito secundario llamado lovastatina, cuya actividad consiste en bajar el colesterol en sangre, lo que deriva en la prevención de padecimientos que se encuentran entre las principales causas de muerte en el país, como son embolias e infartos.
“Utilizamos la lovastatina como modelo de metabolito secundario de hongo, y una de las cuestiones que estudiamos, en nuestro laboratorio, es el desarrollo de sistemas de cultivo novedosos en los que el hongo, Aspergillus terreus produzca más lovastatina”, explicó.
Apuntó que en este sistema se produce 30 veces más lovastatina que por los métodos convencionales con base en cultivos en medio líquido utilizados en la industria.
El conocimiento de estos mecanismos tiene importancia en ciencia básica, pero además puede ser la base para diseñar y desarrollar sistemas novedosos de producción (cultivo), en este caso de lovastatina, pero probablemente se puede aplicar a otros metabolitos secundarios. Además, este conocimiento puede aplicarse al mejoramiento genético “para construir cepas que sean superproductoras de lovastatina u otro metabolito”, señaló el doctor Barrios González.