«Toledo ve», la última gran exposición curada personalmente por Francisco Toledo (1940-2019) e inaugurada en vida del artista juchiteco, llega a la Casa de México en España, en Madrid, donde se abrirá al público el 29 de abril. La muestra de más de 600 piezas presenta por vez primera al pintor y grabador en su faceta de diseñador, aspecto de su producción poco conocido para algunos. Es un esfuerzo conjunto con la asociación civil Amigos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo.
«Toledo ve «se dio a conocer en el Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP) en julio de 2019, en vísperas de su cumpleaños 79 y antes de que se recrudeciera la enfermedad que lo llevó a la muerte el 5 de septiembre de ese mismo año. Posteriormente, la exposición llegó a la Universidad de las Américas Puebla.
A Madrid han viajado desde muebles hasta papalotes, realizados en diversidad de materiales, 90 por ciento de los cuales proceden de su colección particular. Toledo ve tuvo sus orígenes en Diseño Toledo/CaSa, expuesta en 2018 en el IAGO, fundado por el artista. Creció y cambió su enfoque para su exhibición en el MNCP.
Daniel Brena, director del Centro de las Artes San Agustín (CaSa), institución fundada por Toledo en 2006, escribió el texto introductorio de sala para Madrid. Una entrevista realizada por Brena al promotor cultural y activista, en la que habla de sus inicios en el diseño, se incluirá en el catálogo.
Brena expresa en entrevista que los primeros encuentros de Toledo con el diseño se remontan a su arribo como adolescente a la capital de Oaxaca, donde quedó deslumbrado por la ciudad, su arquitectura y sus mosaicos. Más adelante viajó a la Ciudad de México, donde ingresó a la Escuela de Diseño y Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura. Allí se le inculcó la idea de que los artistas debían participar en el arte utilitario para que éste fuera disfrutado por las personas en general, que no sólo tuvieran una pintura en sus casas, sino un bonito barandal.
A Toledo le importaba, más allá de colaborar en una pieza, que esto podría motivar a los artesanos a pensar en diferentes maneras de ampliar su propia técnica: “Trabajó mucho con bordadoras, quienes utilizaban diseños establecidos desde hace mucho tiempo. Sin embargo, experimentar con Toledo les daba pautas para extender su trabajo a cosas que ellas querían hacer”.