Con más de 35 años de vida las patentes y convenios con empresas en instituciones, dentro de la UNAM, el Instituto de Biotecnología (IBt) es la entidad que registra más patentes y solicitudes respectivas; también sus licenciamientos se han logrado colocar en países como Bélgica, Alemania, Estados Unidos, Suiza, Canadá o España.
El director del Instituto de Biotecnología, Octavio Tonatiuh Ramírez Reivich, detalló que la instancia cultiva la ciencia básica, fundamental; pero, a la par, el IBt tiene una vinculación muy fuerte con el sector industrial. Ha tenido éxito en transferir la investigación que realiza y en cerrar el círculo virtuoso de conocimiento, innovación y generación de bienestar para la sociedad.
Mario Trejo Loyo, secretario Técnico de Gestión y Transferencia de Tecnología de la Secretaría de Vinculación del IBt, informó que a lo largo de la historia de esa instancia se han registrado 191 solicitudes de patente, 66 de ellas en México y 125 en el extranjero.
“Vivimos en un mundo global, por lo que se deben tener protegidas las invenciones en todos los mercados posibles mediante patentes internacionales. Si queremos interesar a una empresa de clase mundial a que tome una licencia de uno de nuestros desarrollos necesitamos tener un marco de protección más amplio”, dijo.
Hasta hoy, se han obtenido 77 patentes (43 en nuestro país y 34 en otras naciones) y se encuentran en trámite alrededor de 90 solicitudes. Asimismo, se han otorgado 27 licencias a empresas mexicanas y extranjeras, precisó. Ésa, acotó Ramírez Reivich, es la “joya de la corona”. Tan sólo del 2009 al 2012 hubo nueve transferencias, casi dos por año. “Son datos que muestran cómo se vincula con la industria sin claudicar a la vocación fundamental, que es la de formar recursos humanos y expandir las fronteras del conocimiento a través de la investigación básica”.
En tanto, Trejo Loyo explicó que es fundamental dar el mensaje de que quienes ya patentan lo sigan haciendo, y cada vez mejor, y quienes no han comenzado, empiecen, sobre todo porque la patente no debe terminar en un registro, sino en una licencia a una empresa, porque eso “es un detonador del crecimiento económico”.