Termina 2017 y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace balance de las prioridades en salud que han marcado su agenda este año y que probablemente lo hagan en 2018. Estas son algunos de los temas sobre los cuales trabajará.
1. Guerra al tabaco
Un informe mostraba que el control del tabaco puede ahorrar miles de millones de dólares y salvar millones de vidas. Estas medidas, señalaba el informe, también pueden reducir ampliamente el consumo del tabaco y proteger la salud de la población de las principales causas de muerte en el mundo, tales como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. A nivel mundial hay 1,100 millones de fumadores de tabaco de 15 años o más, con alrededor del 80 % viviendo en países de ingresos bajos y medianos.
2. Aire enfermo
Más de una cuarta parte de las defunciones de niños menores de cinco años son consecuencia de la contaminación ambiental. Cada año, las condiciones insalubres del entorno, tales como la contaminación del aire en espacios cerrados y en el exterior, la exposición al humo de tabaco ajeno, la insalubridad del agua, la falta de saneamiento y la higiene inadecuada, causan la muerte de 1,7 millones de niños menores de cinco años. En el primer informe, titulado ‘La herencia de un mundo sostenible: Atlas sobre Salud Infantil y Medio Ambiente’, se indicaba que una gran parte de las enfermedades que se encuentran entre las principales causas de muerte de los niños de un mes a 5 años —como las enfermedades diarreicas, el paludismo y las neumonías— pueden prevenirse mediante intervenciones que reducen los riesgos ambientales, tales como el acceso al agua potable y el uso de combustibles menos contaminantes para cocinar.
3. Depresión
Con unos trescientos cincuenta millones de casos en 2015, la depresión es un problema de salud pública que no cesa de aumentar en el mundo y que puede causar, además de sufrimiento, la interrupción de la actividad social, familiar y laboral de sus víctimas. De no tomarse medidas, según la OMS, las pérdidas económicas pueden alcanzar la gigantesca suma de un trillón de dólares anuales repartidas entre gobiernos, empleadores y familias debido a que esta enfermedad impide ir al trabajo y, además, supone un aumento considerable en los gastos de salud.
4. Niños sin vacunar
Un total de 12,9 millones de lactantes en el mundo no fueron vacunados contra ninguna enfermedad en 2016, de acuerdo con las estimaciones de la OMS y el UNICEF. Además, se calcula que 6,6 millones de lactantes a los que se administró la primera dosis de la vacuna DTP no recibieron la serie completa de tres dosis de la vacuna en 2016. Desde 2010, el porcentaje de lactantes a quienes no se administra la serie completa de inmunización sistemática no ha aumentado y se ha mantenido en un 86%. Este porcentaje queda lejos del objetivo mundial de alcanzar una cobertura vacunal del 90 %.
5. Eliminar ceguera entre los más pobres
El tracoma es una enfermedad ocular que resulta de la infección por Chlamydia trachomatis, una bacteria. Constituye un problema de salud pública en 42 países y es la causa de la ceguera o la incapacidad visual de 1,9 millones de personas. Hay casi 182 millones de personas que viven en zonas donde el tracoma es endémico y que están en riesgo de padecer ceguera por esta causa. La ceguera causada por el tracoma es irreversible.
6. Cuidado con antibióticos
Tomar antibióticos cuando no se necesitan acelera la aparición de resistencias a estos medicamentos, que es una de las principales amenazas para la salud mundial. Aunque están concebidos para combatir enfermedades, el uso indiscriminado de antibióticos está provocando justo lo contrario. Según la agencia europea del medicamento, la mitad de los tratamientos son inadecuados. Automedicarse provoca que las bacterias se hagan resistentes y se multipliquen sin control. Un uso razonable y más investigación para combatir un dato alarmante. Las muertes por abuso de antibióticos ya superan a las que provocan los accidentes de tráfico.