El magnate Elon Musk, fundador y director ejecutivo de Space X, anunció recientemente su ambicioso plan para enviar humanos a Marte a partir del año 2024. Tal como adelantó en el 68º Congreso Internacional de Astronáutica, celebrado en Adelaida, Australia, Space X está trabajando intensamente en el diseño de un complejo sistema de naves de carga y de pasajeros para poder fundar una colonia permanente en Marte. El núcleo del proyecto está en las naves BFR, (del inglés «Big Fucking Rockets»), unos aparatos de 50 metros de largo capaces de transportar a 100 pasajeros y reutilizables como si de aviones comerciales se tratase.
Unos planes similares ya se anunciaron en el congreso del año pasado, celebrado en Guadalajara, México, donde Musk perfiló el papel de unas naves, llamadas ITS, en la tarea de establecer una ciudad de un millón de habitantes en Marte en el plazo de 50 a 100 años. Pero en esta ocasión, el magnate ha anunciado importantes modificaciones de su plan. La más destacable es reducir el tamaño de las naves y garantizarse que sean sostenibles económicamente.
«En la presentación del año pasado estábamos buscando una forma de poder pagar todo esto», dijo. «Probamos con varias ideas (…). Pero no resultaron. Ahora creemos que hemos dado con la forma».
¿Cuál es la receta? Pasa por usar naves ligeramente más pequeñas (y, por tanto, más baratas) que las ITS, las BFR, y usarlas en tareas que pueden darle rendimiento económico a la compañía. Estas son los vuelos de abastecimiento a la Estación Espacial Internacional o el lanzamiento de satélites. Esto implica en la práctica que la compañía tiene pensado dejar de usar sus actuales cohetes y su cápsula Dragon en un futuro no muy lejano.