Mucho se ha debatido sobre el momento en el que los primeros humanos llegaron a América del Norte, cuándo ocurrió, por dónde se desplazaron y cómo pudieron cruzar el Estrecho de Bering, si es que esa fue su ruta. Hasta ahora, se creía que el primer asentamiento en lo que hoy es Canadá tenía unos 14,000 años, pero un nuevo estudio de la Universidad de Montreal sugiere que es 10,000 años más antiguo, lo que coincide en el tiempo con la última Edad de Hielo o último máximo glacial.
Ariane Burke, profesora del Departamento de Antropología, cree que su hipótesis está demostrada más allá de toda duda. La ha publicado en la revista PLoS One. Para llegar a esta conclusión, Burke y su equipo analizaron artefactos encontrados en las cuevas Bluefish, ubicadas en las orillas del río del mismo nombre en el norte de Yukon, Canadá, cerca de la frontera con Alaska. Según explica la universidad en una nota, el yacimiento fue excavado por el arqueólogo Jacques Cinq-Mars, entre 1977 y 1987. Sobre la base de la datación por radiocarbono de huesos de animales, el investigador hizo la «atrevida hipótesis», de que los asentamientos humanos en la región tenía 30.000 años.
En ausencia de otros sitios de la misma antigüedad, la hipótesis de Cinq-Mars fue considerada muy controvertida por la comunidad científica. Por otra parte, no había pruebas de que la presencia de huesos de caballos, mamuts, bisontes y caribú en las cuevas fuera consecuencia de la actividad humana.
Para aclarar las cosas, los investigadores examinaron los 36.000 fragmentos de huesos recogidos en el sitio y que se conservan en el Museo Canadiense de Historia en Gatineau, un trabajo que les llevó dos años. Análisis exhaustivos de ciertas piezas realizados por el Laboratorio de Ecomorfología y Paleoantropología de la universidad reveló rastros innegables de la actividad humana en quince huesos. Alrededor de otros veinte fragmentos también mostraron trazas probables del mismo tipo de actividad.
«Una serie de líneas rectas en forma de «V» en la superficie de los huesos fueron hechas por herramientas de piedra para despellejar», dice Burke. «Son indiscutibles marcas de corte creadas por seres humanos», añade.